Malher Tressor Moreno Baldrich nació un 11 de enero de 1979 en Riosucio, Chocó, Colombia. Su sueño era el de convertirse en jugador profesional, sin embargo, jamás pensó que sería lejos de su tierra natal: Perú fue el país que le abrió los brazos y convirtió a Alianza Lima en su eterna casa.
En la previa del trascendental duelo entre Sporting Cristal y Alianza Lima, Líbero se contactó con el ex atacante colombiano, quién ahora reside en San Luis, México.
Yo jugaba en un equipo llamado Deportes Tuluá (ahora es Corporación Club Deportivo Tuluá - Cortuluá) de la Tercera División de Colombia. Con el equipo, fuimos a disputar un torneo llamado Copa Ciudad de Pereira, que es una especie de semillero, pero a donde también van ex jugadores profesionales, así como en actividad. A ese campeonato van representantes, agentes y entrenadores. La mayoría de jugadores colombianos que llegan a la Primera División o que emigran al extranjero, han salido de allí. Edgar 'Peinadito' Ospina fue quién me observó jugar ese torneo (que se desarrolla en diciembre) y quién conversó con la dirigencia del club para llevarme a Alianza.
Algo así. Yo tenía 20 años, no había debutado en Colombia y llegaba a un grande de Perú. Edgar me dijo que tenía que acoplarme rápido al equipo y me transmitió mucha confianza. Eso fue vital para entender la idiosincracia del club. Sabía de mis condiciones y supe responderle dentro del terreno de juego.
Es que es una familia. Alianza Lima es sinónimo de quimba, alegría, pero sobre todo familia. Amo mucho estos colores porque me dieron absolutamente todo. Toda mi carrera se lo debo a Alianza Lima y no sé cómo pagar tanto cariño de la hinchada. Jugué en Chile, Colombia, México, Francia, Brasil, Estados Unidos y nunca me sentí tan querido que en Perú. Te cuento una anécdota.
Cuando fui a jugar la Copa América Perú 2004 con Colombia, era el únio colombiano que era querido por los hinchas peruanos. Fue increíble y eso me marcó. Ese torneo también me sirvió para crecer futbolísticamente y paradójicamente también fue en el Perú (risas).
*Colombia llegó a semifinales y Malher Tressor Moreno anotó 2 goles (Costa Rica y Venezuela).
Lindo. Todo muy lindo. Lo que viví en Alianza Lima nunca lo llegué a experimentar en otro club. El vestuario era fantásico y se refrendó en la obtención del título (Clausura 1999). Alianza Lima es una familia.
No conocí la derrota con ellos porque ese año jugamos cuatro veces: ganamos dos y empatamos los otros dos. Humildemente, una de las victorias fue con gol mío tras pivoteo de Claudio Pizarro. Ganamos 2-1. El otro gol lo hizo Sandro Baylón (21 de agosto de 1999). Fueron grandes partidos, tenían grandes jugadores. Fue especial enfrentarlos. El mejor de los éxitos a los muchachos para el partido de hoy.
Lo de Sandro fue muy triste. Yo ya no estaba en Alianza (había regresado a su país para jugar por Atlético Nacional) y me afectó mucho su partida. Era un grandísimo jugador. Su técnica era excepcional. Podía jugar en cualquier parte de la zona defensiva. Era muy reservado eso sí.
La calidad de Claudio Pizarro es conocida por todos. En ese momento ya tenía un nombre (venía de Deportivo Pesquero) y nos ayudó un montón. Tuve el honor de jugar con él. Gran profesional, pero sobre todo una excelente persona. ¿Por qué crees que se mantiene vigente en Alemania? No cualquiera logra ese nivel y lo mantiene.
Alianza Lima siempre será candidato por ser un grande de Perú. Las veces que voy trato de ir a Matute. Me trae grandes recuerdos. El año pasado fui a tres partidos, uno de ellos a un clásico. Me dolió bastante perder el campeonato ante Cristal (el año pasado), pero así es el fútbol y los hinchas tenemos que seguir alentando a nuestros colores. La institución debe de seguir creciendo. Desde San Luis, trataré de seguir sus partidos. Espero que le vaya fenomenal en la Copa Libertadores donde tiene un difícil grupo.
Sí, pero la dirigencia que me llevó en el 1999 ya había salido. Las que estaban en ese entonces, no sabría decirte el porqué, no quisieron. Se rumoreó varios motivos, pero te puedo confirmar uno.
Tuve la posibilidad de llegar a Alianza Lima en un determinado momento, pero el entrenador de turno no quiso. Imagino que habría tenido otras opciones y se decidió por ellas.
Ahora dirige en Bolivia.
Posiblemente. Es válido, y respeté la decisión, pero te mentiría si te dijera que no me hubiese gustado regresar. Eso sí, mi amor por Alianza Lima jamás va a cambiar. Pase lo que pase.
Tienen un excelente técnico, quién ya los clasificó al Mundial. Su reto será volverlos a llevar y no será fácil. En Colombia, Pekerman nos llevó a Brasil 2014 y Rusia 2018 y salió cuestionado. Confíen en Ricardo Gareca. Perú tiene buenos jugadores, muchos de ellos ya tienen un proceso encima. La misión ahora será cuajarlos. Es difícil, pero creo que tendrán un buen campeonato en Brasil 2019.
Bueno, se inicia un nuevo proceso. Pekerman nos dejó dos Mundiales. Ahora esperemos que pase lo mismo con el nuevo entrenador. Colombia y Perú tienen muy buenos jugadores, pero en una selección necesitas cuajarlos. Que se comprometan con el proceso y mantengan esa línea de trabajo. Les ha tocado a los dos lindos grupos.
Sí, ¿como es, no? Inicié mi vida futbolística en Perú y la cerré allí. Es muy lindo. Ahora estoy en México, específicamente en San Luis. Tengo una academia y la dirijo con los más pequeños. Esa es mi labor: la de formar nuevos futbolistas.
Sí, me fue muy bien. Tuve dos años fantásticos en San Luis y luego regresé a Colombia a jugar por Independiente Medellin. México y Perú tienen muchas similitudes.
Es una pregunta difícil de responder porque ambos países me han dado mucho. Pero siempre habrá un espacio en mi corazón para el Perú y especialmente para Alianza Lima.
Alianza Lima es un club que me dio todo. A pesar que yo recién empezaba. Alianza Lima, como te repito, es familia, amistad, gente cálida. El sentimiento que tengo hacia Alianza Lima es único y su amor no se compara con ninguno. Espero ir muy pronto a Lima, y lo primero que haré será ir a Matute.