Su entrada al espectáculo levantó de sus asientos a los hinchas. Como si se tratase de un viejo gladiador crema, Alberto Rodríguez le puso la gloriosa a sus hijos y apareció con el brazo en alto. Así fue su presentación. A lo grande.
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En la cancha, el “Mudo” consolidó su jerarquía anticipando a los atacante chilenos y trepando al área rival en la búsqueda del gol. Se sintió pleno, feliz, realizado. Un crema más en ese laberinto de camisetas con sed de triunfo. La hinchada lo hizo sentir bien en todo momento.“Estos partidos ayudan para lo que se viene”, le comentó Alberto Rodríguez a sus allegados al final del partido contra la Universidad Católica chilena.En la cancha se le vio rápido, como en sus mejores tiempos. terminó fuerte
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Si bien solo jugó 45 minutos, el “Mudo” terminó entero y fuerte. No sintió el rigor de los roces que tuvo con los “cruzados”. En uno de esos duelos, sintió un golpe en el rostro, pero solo pidió agua para mojarse.Desde el banco, observó a su reemplazante Horacio Benincasa, quien entró por él en la segunda etapa. Lo felicitó.