Dijo basta y pateó el tablero. Mariano Soso se cansó de que su trabajo sea manoseado por los dirigentes de Sporting Cristal y renunció al cargo, pese a tener un jugoso contrato por toda la temporada 2017.
Sorpresivamente, el técnico argentino frenó en seco las celebraciones por la obtención del título N° 18, un día después de ganarle al FBC Melgar en el Estadio Nacional.
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LÍBERO te cuenta al detalle lo que precipitó su renuncia. Todo empezó el jueves 3 de noviembre, cuando Cristal fue goleado en el Alberto Gallardo (2-5) por el colero La Bocana en plena Liguilla.
Michael Debakey, Carlos Benavides y Federico Cúneo ingresaron al camarín; y el presidente celeste recriminó al plantel por la goleada y dejó mal parado al entrenador.
Cúneo decidió cambiar los planes de trabajo y obligó al plantel a entrenar, quitándoles el descanso que les correspondía. Muchos habían comprado pasajes para viajar aprovechando el receso por las Eliminatorias al Mundial.
Soso amagó en renunciar, pero Debakey y Benavides lo convencieron de no hacerlo. Ese hecho lo marcó, pero no fuel único porque Francisco Lombardi anunció luego que evaluarían su permanecia si no salía campeón.
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Herido, pero con el título bajo el brazo, Soso llamó a los referentes del equipo y comunicó su decisión. Ya en conferencia de prensa, se soltó: “Vengo a comunicarles mi renuncia tras un desgaste irreversible.
Reconociendo la energía que requiere esta profesión, al no contar con la misma, me lleva a no seguir. Estoy feliz de ayudar a Cristal a alcanzar ese logro, me voy feliz”, dijo golpeado.
EL DATO
Hace unos meses Mariano Soso había recibido propuestas para dirigir en el extranjero.