Neoyorquino enfrenta DEPORTACIÓN tras más de 50 AÑOS en EE. UU. por detención de ICE

Robert Servio Panton, residente de Harlem y con más de cinco décadas viviendo en Estados Unidos, fue arrestado el 25 de marzo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante un control rutinario. Aunque solicitó su liberación, esta le fue negada por las autoridades.

El caso ha generado preocupación entre defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes advierten sobre un aumento en las detenciones, incluso de personas con residencia legal, como parte de medidas más estrictas de control migratorio.

Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional informaron que Robert Panton, ciudadano jamaiquino, violó los términos de su permanencia legal en EE. UU. al ser condenado en 1994 por conspiración para distribuir heroína, recibiendo cadena perpetua. Tras ser liberado en 2020 bajo fianza, un juez ordenó su deportación en 2021.

Asimismo, Panton ha apelado su expulsión en múltiples ocasiones, obteniendo suspensiones temporales, incluida una prórroga para abandonar el país voluntariamente, la cual no cumplió. En agosto de 2024 solicitó acción diferida, concedida hasta marzo de 2025, cuando fue finalmente detenido por ICE.

La jueza Katherine Polk Failla del Distrito Sur de Nueva York rechazó la petición de Robert Panton para ser liberado bajo fianza mientras continúa su proceso de deportación. Las autoridades federales argumentan que Panton ha agotado todas sus vías legales y que su historial criminal, así como sus vínculos con una pandilla, respaldan la ejecución de la orden de expulsión emitida en 2021.

La abogada de Panton calificó la decisión judicial como “profundamente decepcionante” y pidió al gobierno ejercer su poder discrecional para permitir que su cliente permanezca en casa junto a su familia y reciba atención médica. Afirmó que seguirán presionando para lograr una resolución más compasiva en el caso.

Del mismo modo, la abogada Olivia Albrecht desmintió las acusaciones de que Robert Panton incumplió con su salida voluntaria del país, afirmando que nunca rompió las condiciones impuestas por ICE. Asegura que no existe ningún registro judicial previo que respalde esa acusación, lo que pone en duda su veracidad.

Panton y su abogada también refutaron categóricamente las afirmaciones sobre vínculos con pandillas. Él sostiene que jamás ha sido miembro de ninguna organización criminal y que, por el contrario, ha trabajado por años como ejemplo positivo en su comunidad.

A pesar de los llamados para que el expresidente Joe Biden indultara a Robert Panton, la solicitud nunca se concretó. En una declaración jurada, Panton explicó que llegó legalmente desde Jamaica a los 4 años y ha vivido casi toda su vida en Estados Unidos. Tiene una familia extensa en el país, incluidos hijos y nietos estadounidenses.

Panton relató cómo una lesión frustró su carrera como boxeador y lo llevó a las drogas, cayendo en el tráfico, una decisión de la que dice arrepentirse profundamente. También intentó acceder a una visa U como víctima de crimen, pero asegura que nunca recibió respuesta. Su historia refleja tanto una trayectoria de errores como esfuerzos por rehacer su vida.

Finalmente, el caso de Robert Panton pone en evidencia las complejidades del sistema migratorio estadounidense y la tensión entre justicia, castigo y redención. A pesar de su historial delictivo, su arraigo familiar, sus décadas en el país y sus esfuerzos por rehacer su vida plantean preguntas sobre el equilibrio entre la ley y la humanidad. Su historia refleja una lucha que muchas personas enfrentan en silencio: la de reconstruir una vida mientras cargan con el peso del pasado y las barreras legales del presente en Estados Unidos.