El presidente Donald Trump firmará una orden ejecutiva designando el inglés como idioma oficial de EE. UU., afectando a miles de hispanohablantes en el país.
Únete a nuestro canal de WhatsAppEl presidente Donald Trump firmará una orden ejecutiva para designar al inglés como el idioma oficial de los Estados Unidos, una medida que afectará a miles de hispanohablantes en el país.
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Dicha acción busca promover la unidad y mejorar la eficiencia en las operaciones gubernamentales, según lo explicó la Casa Blanca. Sin embargo, esta decisión también plantea desafíos para los inmigrantes y ciudadanos que no cuentan con dominio en el inglés.
La orden ejecutiva anulará una directiva previa del presidente Bill Clinton que requería que las agencias federales ofrecieran servicios y documentos en idiomas distintos al inglés, incluidos el español, para personas con dominio limitado del inglés (LEP). Esta medida ha sido fundamental para garantizar el acceso a servicios federales sin discriminación por origen nacional.
Con esta nueva política, las agencias gubernamentales y las organizaciones que reciben fondos federales podrán decidir si siguen ofreciendo servicios en distintos idiomas, lo que podría dificultar el acceso a la información y servicio para los hispanohablantes. Un ejemplo claro es el portal web del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU., que actualmente ofrece servicios en español, lo cual podría ser afectado por la nueva medida.
Dicha decisión también ha provocado controversia, especialmente después de que el gobierno de Trump eliminara la versión en español del sitio web oficial de la Casa Blanca, acción que ya había tomado durante su primer mandato. Los críticos temen que esta medida incremente las barreras para los hispanohablantes, lo que dificulta su acceso a recursos gubernamentales y contribuyendo a la exclusión social.
Asimismo, el gobierno de Trump argumenta que el inglés como lengua oficial facilitará la integración cívica y fortalecerá la unidad nacional, pese a que los detractores creen que puede generar más división, especialmente en comunidades que dependen del acceso en español para servicios vitales.
La designación del inglés como idioma oficial tendrá un impacto significativo en los hispanohablantes en Estados Unidos, creando un camino complicado para acceder a servicios esenciales y creando nuevas tensiones políticas en el país.