Este programa sobresale por su orientación a formar a los agentes locales en tareas relacionadas con la inmigración.
Estados Unidos ha optado por reactivar el polémico programa migratorio Task Force, el cual había permanecido suspendido por más de diez años. Esta decisión otorga mayor poder a las autoridades locales en la gestión de la inmigración, lo que ha generado preocupaciones entre los defensores de los derechos humanos. La alarma se incrementa en un contexto marcado por las estrictas políticas migratorias implementadas durante el mandato de Donald Trump.
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Hasta el momento, un mínimo de siete estados han adoptado esta iniciativa, que fomenta la cooperación entre las autoridades locales y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). El programa 287(g) proporciona un marco legal que permite a las fuerzas de seguridad locales y estatales realizar funciones relacionadas con la inmigración, siempre bajo la supervisión de ICE.
El programa Task Force emplea dos modelos principales utilizados en el pasado:
La reactivación del Task Force añade un nuevo nivel de intervención. Los agentes locales que participen en el programa serán formados en los procedimientos administrativos, legales y operativos de ICE.
Después de la capacitación, los agentes locales tendrán varias atribuciones, entre ellas:
Varios estados han comenzado a incluir nuevas agencias en el programa Task Force o están negociando acuerdos. Entre ellos se encuentran:
La reactivación del programa ha desatado un intenso debate sobre su impacto en las comunidades inmigrantes y las relaciones entre las autoridades locales y ICE.