ACLU alerta sobre las vulneraciones de ICE a las familias, que enfrentaron dificultades para acceder a asesoría legal y llamadas telefónicas durante su detención.
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Nueva Orleans deportaron a tres niños estadounidenses menores de 7 años junto con sus madres. La primera familia el sábado 22 de febrero, mientras que la segunda madre junto a sus hijos fue detenida el jueves 24 de abril, según la denuncia presentada por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) este viernes 25 de abril. Junto con esta organización, otros colectivos defensores de inmigrantes se unieron a la demanda.
En ambos casos, ICE mantuvo a las familias prácticamente incomunicadas, ignorando o no respondiendo a los repetidos intentos de contacto realizados por abogados y familiares. Defensores de derechos humanos en Estados Unidos denunciaron que esta falta de comunicación vulneró los derechos de las personas detenidas y complicó su acceso a asesoría legal adecuada. Por lo que representa un caso extremó por parte de la agencia estatal ante sus propios ciudadanos.
En ambos casos, ICE mantuvo a las familias casi aisladas, ignorando o no respondiendo a los repetidos intentos de contacto realizados por abogados y familiares, según denunciaron los defensores de los inmigrantes. Según ACLU, a una de las madres apenas se le concedió apenas un minuto de llamada telefónica con su esposo mientras este estaba brindándole un contacto de asesoría legal.
En otro caso, una madre fue deportada junto a su hijo, un niño ciudadano estadounidense que padecía una rara forma de cáncer metastásico. A pesar de haber informado previamente al ICE sobre las necesidades médicas urgentes del niño, fue deportado sin acceso a su medicación y sin la oportunidad de consultar a sus médicos tratantes.
Además, una de las madres deportadas se encontraba en estado de embarazo, y el ICE llevó a cabo su expulsión sin garantizar la continuidad de su atención prenatal ni ofrecer supervisión médica adecuada. Estas decisiones han generado graves preocupaciones sobre la violación de derechos humanos y la falta de protección para las familias en situaciones vulnerables.
Activistas y defensores de los derechos humanos denunciaron que ICE permita el regreso de las madres deportadas a Estados Unidos para que puedan acceder al debido proceso. Según los defensores, las familias fueron privadas de su derecho a una defensa adecuada y no se les dio la oportunidad de impugnar su deportación.
El llamado de los activistas se basa en la necesidad urgente de que las madres puedan reunirse con sus abogados y presentar una defensa legal antes de ser deportadas nuevamente. Esto subraya las graves preocupaciones sobre las violaciones de derechos humanos y la falta de transparencia en el manejo de estos casos por parte de las autoridades migratorias.