La drástica medida tomada por esta cadena de supermercados estadounidense ha generado malestar en los clientes. ¿De cuál se trata? Aquí te contamos.
Una cadena de supermercados con décadas de presencia en Estados Unidos va a cerrar sus puertas el 16 de agosto, dejando a comunidades enteras sin su principal fuente de abastecimiento. Homeland, conocida por su cercanía con los clientes y su presencia en zonas rurales, anunció el cierre de varias tiendas en distintos estados, en una de las decisiones más significativas del sector retail en los últimos años.
Aunque no se trata de gigantes como Walmart o Costco, el impacto local ha sido inmediato: familias sin acceso cercano a productos básicos, empleados en incertidumbre y un aire de despedida con sabor amargo. “Esta no es una decisión fácil”, son las palabras del mensaje dirigido a sus consumidores. ¿Por qué se tomó esta decisión? Aquí te contamos.
Según Perú Retail, la compañía justificó la medida como parte de una estrategia para optimizar recursos y concentrar inversiones en zonas con mayor rentabilidad. Según Christin King, directora de marketing y relaciones públicas, los cierres responden a un análisis detallado del desempeño financiero de cada sucursal.
En concreto, Homeland clausurará tiendas en Kingfisher y Ponca City (Oklahoma) y Gordon (Georgia), además de otros establecimientos asociados como United Supermarkets, Discount Foods y un Piggly Wiggly, que cerrará el 16 de agosto. La tienda de Jay, Oklahoma, ha sido una de las más golpeadas: sus residentes deberán viajar más de 60 kilómetros para encontrar otro supermercado.
La respuesta de la comunidad no se hizo esperar. Vashon Carswell, líder vecinal en Jay, calificó el cierre como un golpe directo: “Va a afectar gravemente a la comunidad”. En Gordon, Georgia, Corey Blackfox lo dijo sin rodeos: “Es una locura”.
El caso de Homeland es solo la punta del iceberg. En los últimos años, otras cadenas como Kroger, Albertsons y hasta Walmart han cerrado tiendas como parte de reestructuraciones internas frente a desafíos cada vez más agresivos: la migración del consumidor al comercio digital, la inflación, los altos costos operativos y la feroz competencia de las plataformas online.
Expertos del sector señalan que, aunque estos cierres buscan mejorar la eficiencia financiera, también profundizan la brecha en el acceso a productos básicos en comunidades rurales y suburbanas, donde estas tiendas son mucho más que simples puntos de venta: son centros sociales, fuentes de empleo y pilares económicos.