USCIS señala que su enfoque no solo busca frenar la inmigración ilegal, sino también limitar algunos beneficios para los inmigrantes legales en Estados Unidos.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) emitió una advertencia contundente a todos los inmigrantes, tanto legales como indocumentados, destacando que sus recientes políticas no hacen "distinción" según el estatus migratorio. La agencia señaló que estas medidas forman parte de un plan más amplio del gobierno de Donald Trump, destinado a fortalecer un sistema migratorio más estricto y basado en el "sentido común".
USCIS verifica que los extranjeros no dependan del gobierno.
En un comunicado oficial, USCIS aseguró que las reformas implementadas desde enero de 2025 "no hacen distinción" entre quienes se encuentran en regla y quienes no, con el argumento de preservar los intereses del mercado laboral estadounidense.
La agencia afirma que una afluencia masiva de inmigrantes, sin un control riguroso, "inunda el mercado laboral", presiona los salarios y compite por empleos, al mismo tiempo que genera carga sobre sistemas públicos como salud, vivienda y educación. Además, advierte que este enfoque "redefine la migración legal" como un privilegio condicionado, no un derecho, ya que "solo los más merecedores obtendrán el privilegio de la ciudadanía estadounidense".
El portavoz Matthew Tragesser defendió esta postura firme, afirmando que "la distinción entre inmigración legal e ilegal pierde sentido cuando ambas pueden destruir los cimientos de un país". Según su visión, la inmigración debe regirse por criterios que antepongan los intereses de Estados Unidos, y no permitir una presencia descontrolada bajo pretexto legal.
USCIS emitió un mensaje firme.
USCIS ha puesto en marcha una serie de acciones desde el 20 de enero de 2025 para reforzar su política migratoria, argumentando que busca "proteger a las comunidades y a los trabajadores estadounidenses". Entre las medidas más destacadas se encuentran: