Mesut Özil defendió su decisión de posar en una sesión fotográfica junto al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, cuestión que desató las críticas sobre él desde antes del Mundial de Rusia e hizo que se cuestionara su lealtad hacia la selección germana.
Decidió hacerse esa foto porque, de haberse negado a ese encuentro, se hubiera interpretado como "una falta de respeto" hacia sus "raíces turcas", afirma Özil en una declaración en inglés difundida en su cuenta en twitter, en la que dice además que "volvería" a hacerse "esa foto" de verse ante esa situación.
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"Para mí, hacerme una foto con el presidente Erdogan no tiene nada que ver con la política o con las elecciones, sino con el respeto hacia el máximo cargo del país de mi familia", explica.
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Se trata de la primera vez que el jugador, nacido en Gelsenkirchen (oeste de Alemania) e hijo de inmigrantes, se pronuncia sobre la foto que se hizo el pasado junio junto a Erdogan y acompañado del también internacional germano-turco Ilkay Gündogan.
La imagen se interpretó como un apoyo explícito a la campaña por la reelección del presidente turco, quien mantiene unas relaciones más que tensas con la canciller Angela Merkel.
EL DATOÖzil explica ahora que se habría hecho esa foto con un presidente turco, independientemente de quién fuera éste, y afirma que él es simplemente un futbolista, no un político.