A pesar de que el virus del COVID-19 continúa presente en varios lugares en el mundo, el fútbol va retomando sus actividades de a poco. Bulgaria fue uno de los países que ha decidido reiniciar el 'Deporte Rey' y para ello ejecutó una serie de pruebas contra el coronavirus.
La intención era obvia: identificar que jugadores tenían la enfermedad y así poderlos aislar. Los test se realizaron y la mayoría de jugadores salieron negativos. Sin embargo, la prueba aplicada al jugador del Tsarsko Selo, Martín Kavdanski generó un peligroso error: arrojó negativo, pero él se encontraba contagiado.
Fue así que disputó el duelo que sostuvo su club ante Cherno More en la ciudad de Varna. Kavdanski fue titular (en la zaga defensiva) y amonestado con tarjeta amarilla a los 41 minutos de juego. El resultado fue adverso para Tsarsko Selo (4-1 a favor de Cherno More por la jornada 3 de la Primera División de Bulgaria), pero eso ha quedado a un segundo plano.
Sucede que el problema del test, aplicado en el desafortunado Martín Kavdanski, no solo atentó contra la integridad del protagonista sino que también se permitió el contagio masivo de 20 jugadores entre compañeros y rivales. Después de 5 días, el partido se jugó el pasado 2 de julio, varios futbolistas empezaron a aquejar los síntomas.
De momento, los dirigentes organizadores de la liga búlgara no han manifestado alguna decisión al respecto, sobre si será paralizado el torneo o se continuará con la misma. El lamentable suceso ha conllevado a que varios equipos de ese país, así como algunos colindantes, evalúen realizar un nuevo test para confirmar si sus jugadores se encuentran sanos.