Los ochos goles recibidos son razones más que suficientes para que la dirigencia del Barcelona decida echar a Quique Setien de su cargo, tal como ya se está especulando en la prensa europea. Sin embargo, esa solo sería la gota que derramó el vaso pues existen otros sucesos que marcaron una tensa salida relación entre él, jugadores y altos funcionarios.
Por más que llegó recién en enero de 2020 para reemplazar a Ernesto Valverde, el Barcelona no suele esperar resultados a largo plazo porque, a través de su historia, se ha acostumbrado a ganar trofeos y competir en lo más alto siempre, siendo desastroso para ellos que esta temporada se quedaron con las manos vacías.
El primer golpe recibido en la era de Quique Setién llegó en los cuartos de final de la Copa del Rey, cuando el conjunto azulgrana cayó eliminado a manos del Athletic Club el 6 de febrero con un autogol agónico de Sergio Busquets.
Para toda la comunidad catalana fue una sorpresa total que su equipo se vaya eliminado en una fase temprana de una Copa, en la que estaba acostumbrado a llegar, por lo menos, hasta las semifinales.
Al mes siguiente, exactamente el 1 de marzo, Setién y sus dirigidos visitaron en Santiago Bernabéu y tuvieron que regresar a su ciudad con el sabor amargo de la derrota luego de los goles de Vinícius y Mariano Díaz.
Luego de la para por la pandemia del coronaviurs, Barcelona era puntero de la liga española pero errores en todas sus líneas provocaron un irregular desempeño, el cual fue aprovechado por un imparable Real Madrid que finalmente se llevó el título.
La noche lusa de Champions League ante el Bayen Múnich no tiene nada más que agregar a un ciclo que aparantemente terminó en Barcelona.