Crónica de un adiós anunciado. No hay marcha atrás, Lionel Messi está decidido a irse del Barcelona, cansado por una serie de eventos desafortunados que hicieron al astro argentino perder la paciencia.
El principio del fin es la goleada en Anfield. La dolorosa derrota por 4-0 hizo que la “Pulga” comience a meditar su continuidad. Josep Bartomeu quiso echar a Ernesto Valverde, el “10” lo respaldó y le pidió con urgencia la vuelta de Neymar.
El directivo se comprometió a fichar a Neymar, pero prefirió darle más peso a la llegada de Antoine Griezmman, un futbolista que el vestuario no quería, pero que Valverde lo pidió.
“Ney” se comunicó con Messi y le dijo que Bartomeu no había hecho ningún esfuerzo por llevarlo de vuelta, situación que incomodó más al jugador.
Al comienzo de la temporada 2019-2020, el equipo era irregular, pero se mantenía entre los líderes de La Liga. Sin embargo, la eliminación de la Supercopa de España ante el Atlético desencadenó en el cese de Valverde.
Para buscar el reemplazo, Messi no fue consultado pese a ser el capitán y estrella del equipo. Bartomeu decidió a Quique Setién, que nunca convenció al rosarino.
“Lío” tuvo predisposición, pero Setién era “faltoso e irrespetuoso” según la plantilla. Ningún jugador lo quería e incluso Messi dejó de ir a las charlas técnicas del DT.
Cuando el Barza pierde 2-1 ante el Osasuna y el Real Madrid gana La Liga, Messi ya había decidido irse, pero aún quedaba la Champions League. Si alzaban la “Orejona” podía reconsiderarlo.
Sin embargo, el 2-8 ante el Bayern Múnich fue la detonante. No había vuelta atrás. Su ciclo se había cumplido y se lo dijo a los directivos ni bien regresó de Lisboa.
En un primer momento la intención era llegar a un acuerdo con los dirigentes, pero cuando Ronald Koeman decidió echar a su amigo Luis Suárez, Messi le declaró la guerra al club mandando el dichoso burofax y pidiendo irse gratis. El resto de la historia aún está pendiente.