La Copa del Mundo Alemania 2006 destacó por la expulsión del francés Zinedine Zidane, tras propinar un cabezazo en el pecho al italiano Marco Materazzi, en el tiempo extra de la electrizante final.
Posteriormente, el zaguero central ya retirado reconoció que había insultado reincidentemente a Zidane, provocando la ira y agresión del crack galo al italiano. El asistente del árbitro argentino Horacio Elizondo observó aquella falta artera, advirtiéndolo, por lo cual expulsó sin titubeos a la megaestrella Zidane.
Aquel momento en el cual Zidane propinó un cabezazo a Materazzi, en la final de Alemania 2006, en Berlín, ha sido inmortalizado en una estatua monumental, que se encuentra ante el parisiense Museo Pompidou.
Un bronce de cinco metros de alto y varias toneladas de peso, con una concepción muy realista, obra del artista francés de origen argelino Adel Abdessemed, luce en la plaza de Beaubourg.
LA FRASE QUE ENFURECIÓ A ZIDANE
Con anterioridad, Zidane se había negado a relatar lo acontecido en Berlín y se limitó a decir que lo que le había dicho Marco "son cosas muy personales sobre su madre y su hermana".
MATERAZZI, ÍDOLO EN PERÚ
A los 39 años y con su imponente 1 metro 93 centímetros, Marco Materazzi sigue recorriendo los continentes, aunque ya no en condición de futbolista, sino de invitado a los actos benéficos, como el Duelo de Gigantes, a jugarse hoy en el Estadio Nacional de Lima.
Materazzi alineará en el Resto del Mundo, con Neymar.
