Ahora que se está jugando la Eurocopa y la Copa América, millones hinchas están acompañando a su selecciones con pasión ferviente. Sin embargo, de acuerdo a un estudio científico, ver fútbol podría traer consecuencias fatales para la salud.
Es que para nuestro corazón son muchas emociones cuando estamos alentando a nuestro equipo, ya sea en un estadio o desde nuestras casas. La alegría por la victoria, la satisfacción de un gol, la tristeza luego de perder un partido, el enfado por una mala jugada.
La alteración emocional al ver partidos de fútbol puede aumentar el riesgo de infarto de miocardio, según ha revelado un estudio presentado este jueves por científicos de las ciudades alemanas de Maguncia y Heidelberg a través de un informe publicado en la revista especializada Scientific Reports.
Los expertos realizaron una investigación en Alemania durante el Mundial Brasil 2014. En ese lapso de tiempo se registraron 18 479 ingresos hospitalarios por infarto, un 3,7 % más que en el mismo período en 2015 y un 2,1 % superior en la misma época en el año 2013.
Asimismo, el estudio también informa que el mes posterior al Mundial 2014, en la que la Selección de Alemania fue campeona, hubo un 5,4 % menos pacientes ingresados por infarto.
Estos datos recabados por el centro de cardiología de la Universidad de Maguncia y el área de medicina del deporte de la Universidad de Heidelberg evaluaron, fueron enviados a la Oficina Federal de Estadística.
Asimismo, el día de la final en la que Alemania y Argentina jugaron la final con triunfo 1-0 de los teutones en la prórroga, la tasa de mortalidad de hospitalizados por infarto incrementó,
“Ver fútbol puede llegar al corazón, de eso no hay duda”, dijo el cardiólogo y farmacólogo Thomas Meinertz, miembro del consejo asesor de la Fundación Alemana del Corazón, quien, sin embargo, aclara que esta estadística no se da en todos los partidos.
Meinertz sostiene que esto sucedía en los partidos que altamente estresantes para los espectadores, debido a que la excitación libera hormona del estrés, aumentando el ritmo cardíaco y la presión arterial.