Denis Prince Delgadillo.-
Huancayo desnudó en 90 minutos las falencias defensivas y mentales que aún no puede subsanar Pablo Bengoechea de sus pupilos. Los vaivenes del fútbol y la defectuosa actuación del árbitro Carrillo, no obstante, le devolvieron el alma al cuerpo. Alianza Lima, a pesar de todas sus taras, sigue dependiendo de él mismo.
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La (nueva) lección que recibió Bengoechea y su equipo ayer en Matute es tal vez el ultimátum que le envía la providencia. Si terminar rescatando un empate ante Cantolao en casa, era preocupante; acabar igualando un cotejo que se comenzó ganando 2-0, es negligente.
Los dos goles tempraneros de Pacheco y Aguiar -este de penal- parecieron desaparecer cuando Butrón dejó el campo por una caída peligrosa que comprometió su cuello. Prieto ingresó y el equipo cambió.
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Los “íntimos” soltaron las marcas, su atención, y el “Rojo Matador” gestó su gran remontada. Cerca al final, Carrillo -que cobró varios penales polémicos- pitó uno a favor de los victorianos y Aguiar volvió a convertir desde los doce pasos.
Alianza conservó su invicto de local en el Apertura y si el miércoles vence a Cristal tomará la punta en solitario. Para hacerlo Bengoechea tendrá que escuchar de una buena vez a la providencia. •