Escribe: Diego Sotomayor Soto
Como morador de uno de los barrios más “calientes” de Ventanilla, Sandro Rengifo, de 23 años, extremo izquierdo del fervoroso Cantolao, que hace poquito le dibujó una carita feliz a la “U”, justamente con un gol de su autoría, se perfila como una de las revelaciones de la temporada por su sagacidad, por los riesgos que asume sin mirar el apellido de su cancerbero y por todo lo que se viene... de bueno, claro está. También se confesó hincha de Alianza Lima.
Eres el futbolista con menor estatura (1.66 m) de la Liga 1. ¿Lo sabías, verdad?-No, pero tiene sus ventajas. Créeme, me siento cómodo en el campo, libre y ágil.
¿Cuál es la receta para que Cantolao se transforme en un equipo complicado?-Algunos rivales se confían porque nos ven como a novatos pero hay gran diferencia con el hecho de ser jóvenes. Hay muchachos con capacidades increíbles que nos permiten transformarnos a la hora de la verdad. Ahí adentro es otra historia.
¿Hay límites cuando se trabaja con un entrenador joven como Jorge Araujo? -El profe “Coco” hace un buen trabajo, tanto en lo profesional como en lo personal. Siempre está pendiente de nostros, incluso, fuera de las prácticas. A algunos nos llama.
¿Y qué les dice en esas llamadas?-Que mantengamos la unión. Si uno falla, el otro debe apoyar. Ser humildes. En cada entrenamiento nos pide ser buenas personas antes que mejores futbolistas.
¿A ver, cuéntame alguna anécdota con él?- Cuando jugaba en Total Chalaco. Él entrenaba en Ventanilla y yo me escapaba del colegio para verlos. Siempre recuerdo que me decía: “¡oye enano, anda a estudiar!”.
¿Qué te dejó tu paso por la Copa Perú?-Lo sucedido en el 2016 cuando jugaba para Sport Áncash. Justo en la final de la Copa Perú nos enfrentamos a Cantolao y el profe’ Silvestri me habló luego del partido. Ahí me ficharon.
Pero recién en el 2018 llegaste a Cantolao. ¿Qué pasó?-Problemas dirigenciales con Pepe Mallqui. Fui a préstamo al Alfonso Ugarte de Puno todo el 2017.
En el partido contra la “U”, sostuviste un duelo aparte con Aldo Corzo. ¿Qué te decía?-Aldo no habla mucho, pero los otros jugadores sí. Me trataron con mucho cariño, jajaja. Me recordaban a mi madre...
¿Y no les respondiste como se habla en el barrio Villamoto de Ventanilla?-No, nada. No me desgasto en hablar. Yo los callo con mi juego.
Les marcaste un gol. ¿Se te salió el corazoncito de Alianza?-Todos los goles son celebrados por igual, pero contra la “U” me descontrolo. Sí, soy aliancista.
¿Cuál es tu objetivo inmediato: llegar a Alianza Lima o jugar en el extranjero?-Me la pones difícil pero sería lindo jugar en el equipo de mis amores, pero también fuera del país. Lo que me interesa más es crecer y asegurar a mi familia. Ellos lo merecen.
¿Es cierto que eras asiduo concurrente a Matute?-Siempre. Sufría en cada partido. Suelo recordarle a Paulo (Albarracín) que en la final de la Copa Inka del 2014 la gente se iba del estadio y al final anotan el gol que nos llevaron a los penales. Lo viví y celebré como nunca. Fui muy feliz ese día.
¿Lo más incómodo que pasaste en la Copa Perú?-Con Sport Áncash en el 2016, una vez jugamos en Andahuaylas y terminado el partido no pudimos salir de los vestuarios como cuatro horas. Ganamos aquel día, pero la gente se puso brava.
¿Y los momentos más alegres?-En segunda, cuando salí mejor jugador y la revelación en el 2017.