Jorge Vidal Master en Negocios y Administración de Fútbol.
Esta columna me da la oportunidad de expresarme e intento, a través de ella, no sólo brindar información y una opinión, sino también tratar de generar reflexión. Esta columna es totalmente independiente, no responde a intereses, por ello me hago responsable de “cada palabra” y “cada letra” que en ella escriba.
A raíz de la coyuntura que estamos viviendo en las últimas semanas en nuestro “fútbol”, en donde se llegó a la bajeza de suplantar la identidad de un “médico”, donde presidentes, directivos y gerentes de clubes vienen presentando constantes reclamos solicitando ganar puntos en mesa, tratando de sacar provecho de la normativa a pesar de ser conscientes de haber perdido en el campo de juego, llegando al extremo que un club con “historia” mancha “su propia historia” reclamando ganar un partido que perdió en el campo, debido a una falta de un oficial de seguridad que en lo absoluto influyó en el desarrollo ni en el resultado del partido, lo cual no quita que el club y el oficial que incumplió la normativa sea sancionado, pero no otorga derecho moral ni ético a tratar de declararse ganador de un partido que perdió en el campo! ¿Eso es ganar? ¿Los propios jugadores y el director técnico de dichos clubes se sentirán ganadores? ¿Se sentirán los hinchas ganadores?
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En el 2014 en la ciudad de Madrid, el fútbol me permitiría departir un café y una conversación, con un verdadero Crack; “Jorge Valdano Castellanos”, aquella mañana, Jorge me regaló y autografió un ejemplar de su Libro: “Los 11 poderes del Líder”- “El fútbol como escuela de vida”, dicho ejemplar desde ese momento se convirtió en una joya muy apreciada para mí y un libro de consulta que nunca me puede faltar. Jorge pudo hablarme de la “¡Copa del Mundo” que ganó, de las dos Copas UEFA que también alzó y de las ligas que ganó!, pero sin embargo, me expresó las conclusiones que había llegado a lo largo de su trayectoria deportiva como futbolista, entrenador y director general del Real Madrid, muchas de las cuales las expresa en su libro, y el legado y la huella que quiere dejar en el fútbol y que estoy convencido que ya dejó y que seguirá dejando. Hoy, en la columna, me referiré puntualmente a una de esas conclusiones: "Ganar debe ser un triunfo moral". Ganar debe ser una aspiración moral que completa todas las fuerzas de nuestra personalidad. Pero cuando la aspiración de jugar es superada por la de ganar “A cualquier precio” se termina barriendo con todos los valores que la soportan. *La defensa de nuestro equipo, por muy apasionada que sea, no autoriza a poner en peligro la decencia del fútbol*. Quizá la primera lección que debería recibir un directivo de fútbol sería la siguiente: “El fútbol es más importante que mi equipo”; dice Valdano y coincido plenamente con él.
Me tocó ser testigo de cómo un grupo de humanos logró un título, un campeonato, la gloria, una estrella, y lo más hermoso de este título, y que aunque no lo hubieran conseguido seguirá siendo lo más valioso…es que , “Se ganaron moralmente”, sin triquiñuelas, sin ningún punto ganado fuera de la cancha, y, pues no sólo nos les tocó ganar! se comportaron como ganadores, respetando la historia y lo valores de nuestra Institución, respetando a los niños que visten esa camiseta, respetando al País y a la sociedad, respetándonos a nosotros mismos.No se trata de ganar la copa, no es llegar al podio, sino del esfuerzo máximo que el deportista realiza, de la relación y el compromiso con los compañeros y con la afición. Es la victoria diaria por darse íntegro - por no rendirse ante las dificultades, no se gana para demostrar que eres superior a los demás, es ganar el interior de cada futbolista y de cada hincha y hacernos poderosos internamente, ganadores y mejores personas.
Ganar significa que la hinchada aliente con mayor fuerza cuando el marcador no es favorable, ganar es cuando un jugador de las divisiones inferiores o un hincha se convierte en un profesional ya sea en el fútbol o en otra actividad y entrega todo de sí para cumplir sus objetivos, tal como lo manda la historia y los valores de su institución.
Ganar es “dar todo” y sea cual sea el resulta es poder decir: He sido un rival digno, di todo, acepte el desafío, sin importar quién tenía al frente, ¡y a pesar de todas las dificultades no me rendí!, sea cual fuera el resultado final si somos capaces de decir eso frente a un espejo, entonces: ¡Somos unos ganadores!
Ganar no es un resultado, Ganar es una forma de vida, es comportarse como un ganador. No es posible ser mejor que el rival si lo hacemos con trampas. Nos estamos engañando, por qué el que recurre a trampas y a las triquiñuelas es porque sabe que no puede ser mejor que los rivales.
¿Acaso un deportista podrá sentirse ganador haciendo trampa, sabiendo que en realidad no ganó? ¿Qué le estamos enseñando a los niños que siguen el fútbol y a los que los practican? ¿Qué no sirve de nada entrenar todos los días pues el fútbol se gana una comisión disciplinaria? ¿Qué suplantar la identidad de un a persona es un acto justificable con el objetivo de ganar, pues el fin justifica los medios? ¿Es estar en el podio acaso el verdadero éxito deportivo?Ganar a como dé lugar, la típica frase: “De no importa” lo importante es ganar, es destruir todo lo que significa el deporte, lo que significa el fútbol, es destruirnos como sociedad - destruir y tirar por el suelo el esfuerzo diario del deportista, del comando técnico y ensuciar la historia de las instituciones.
A los dirigentes de fútbol los invito a la reflexión…. Si continuamos por este camino, entonces la TV no deberá transmitir los partidos de fútbol, si no lo debates de la comisión de disciplina. El fútbol es un deporte colectivo y el negocio del futbol también lo es, si por el egoísmo de pensar sólo en supuestamente ganar con sus equipos ensucien el torneo, se están dañando Ustedes mismos. El fútbol es una herramienta de transformación social, a través del fútbol debemos transmitir a la sociedad valores como la responsabilidad, el trabajo en equipo, la disciplina, la honestidad, la resiliencia, el saber perder y los directivos son llamados a ser un “Buen Ejemplo”.
Todos los que amamos el fútbol debemos cuidarlo, respetarlo y lo que formamos parte de él a dar lo mejor de nuestra conducta personal, demostrando en cada uno de nuestros actos nuestra moral y sus valores.
Como te comportas como dirigente es el reflejo de como te compartas con tus hijos y en tu vida! ¡Lo correcto por encima de lo conveniente!