La escalada de Alianza Lima en la tabla del torneo Descentralizado es íntegramente mérito de los jugadores, por su capacidad para sobreponer al glorioso escudo por encima de los problemas internos que intentaron menoscabar la estabilidad del grupo.
Y dentro de ese universo de valerosos guerreros que hoy son el orgullo de toda la hinchada, los nuevos “potrillos” ocupan un sitial especial porque respondieron a las expectativas como si encima tuvieran un torneo entero.
Con seguridad, por la coyuntura que envuelve a la institución, se puede decir que son el futuro y la esperanza de un club que está en vías de reestructuración.