Si en la Videna lo miran como el patito feo, como aquel que ingresó a la universidad por extensión, en la “U” lo reciben como el jugador determinante que ha venido siendo, como su goleador. Raúl Ruidíaz volvió a los trabajos con el equipo y fue saludado por su “papá” Chale.
Su periplo por la selección no fue nada auspicioso, solo sirvió -quizás- para retornar a Brasil y recordar su paso por ese fútbol, y mientras Gareca afirma que lo seguirá teniendo en cuenta para lo que se viene, don Roberto prefiere vivir el momento y consentir a su goleador.
El “Niño Terrible” sabe que con Ruidíaz en el campo de juego el último clásico posiblemente lo terminaba ganando y ahora estaría expectante en la lucha por el Clausura. Ello no ocurrió y el comando técnico prefiere no llorar sobre la leche derramada y pensar en la última final que les queda: Cristal.
El próximo fin de semana medirán fuerzas ante los bajopontinos y el objetivo es cerrar con un triunfo la temporada; ademas, ganar podría terminar dándoles la clasificación a una Copa Sudamericana. Total, con la “Pulga” en el campo, para la “U” todo es posible.