Alianza Lima sufrió una abrupta goleada contra Sporting Cristal en Matute, perdió el invicto en el Apertura, resignó la punta y abandonó el recinto entre abucheos e insultos de sus hinchas. LÍBERO hace un análisis sobre las claves de la derrota en el clásico.
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MIEDO ESCÉNICO
No es casualidad, a Alianza le cuesta jugar ante un marco imponente de público. Sufrió la fecha pasada ante César Vallejo en el Estadio Nacional igualando con un gol polémico. Anoche en Matute no apareció la fortuna para salvar a los blanquiazules, en el partido que fue sufrido como un parto. Sintió la presión de sus hinchas.
CERO MARCA
Óscar Vílchez es el volante ancla "íntimo", marca, distribuye el balón pero se siente solitario cuando lo presionan. Sporting Cristal fue al frente, buscó el arco rival, doblegó al "21" con facilidad y los "cerveceros" llegaron sin problemas al área blanquiazul. "Neka" urge de compañía en la primera línea de volantes.
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POCA CAPACIDAD DE REPLANTEO
Una cosa es jugar con el marcador a favor y otra cuando el resultado es esquivo. Roberto Mosquera careció de capacidad para reflotar a su equipo frente a la adversidad. Es una constante: no ganó sus últimos dos partidos que tuvo desventaja en el marcador. Los cambios no le dieron resultados.
DEFENSA
La primera línea aliancista fue una lágrima. Walter Ibáñez, Miguel Araujo y Koichi Aparicio jugando de centrales no garantizaron seguridad en el fondo ante los veloces rimenses. Cuando los rivales atacan, el desorden en defensa es evidente. Por la banda, Lalo Uribe solo le miró el número a Jair Céspedes.
PAJOY
El marcador pudo ser más abultado si Lionard Pajoy se quedaba en el banco. El colombiano tuvo una jornada iluminada, anotó dos goles, pero careció de compañía en ataque. Luchó en soledad.