Mediante sus redes sociales, Alianza Lima señaló que Kevin Ortega fue amenazado e insultado por Jean Ferrari para que convalide el segundo gol de Universitario.
Únete a nuestro canal de WhatsAppAlianza Lima utilizó sus redes sociales para emitir un comunicado oficial. El cuadro blanquiazul acusó al administrador de Universitario, Jean Ferrari, de amenazar e insultar al árbitro Kevin Ortega cuando se dirigió al monitor del VAR para analizar el segundo gol del cuadro crema.
En la misiva, Alianza Lima señaló que sufrió actuaciones arbitrales perjudiciales, en especial esta temporada 2024. El club puntualizó que no han expresado comentario agravante ni irrespetuoso alguno al respecto.
"El Club ha preferido manifestar de manera formal y directa su molestia y preocupación por dichas decisiones arbitrales, mediante reuniones con la Conar, como ente encargado dentro de la estructura de la FPF", puntualizaron.
Luego, Alianza Lima indicó que el administrador y allegados a Universitario de Deportes, de forma persistente, amenazan, agravian, presionan y fomentan un clima de violencia en torno de los arbitrajes.
Alianza Lima indicó que cuando el árbitro Kevin Ortega se acercó al monitor del VAR para observar el segundo gol de Universitario fue amenazado e insultado por Jean Ferrari.
"El efecto final fue que se convalidó un gol a todas luces ilegítimo, como ya lo han confirmado diversos expertos arbitrales locales e internacionales", acusaron.
"Lo que llama poderosamente la atención es que ese accionar, reiterado y sostenido, no haya generado hasta ahora ninguna sanción por parte de la Comisión Disciplinaria de la FPF, que preside el Dr. Miguel Grau Quinteros; ni tampoco del oficial de Ética e integridad de la FPF, Ángel Suárez Díaz. Ambas comisiones tienen las atribuciones estatutarias para una intervención directa", agregaron.
El comunicado finaliza con Alianza Lima deplorando esta sistemática acción violentista y hace un llamado a las autoridades a imponer las sanciones o medidas correctivas del caso, "para que las amenazas, presiones o agravios no impidan que los árbitros adopten las decisiones reglamentarias que corresponden. La matonería, las amenazas y el miedo no pueden convertirse en hábitos de nuestro fútbol profesional".