Por: Omar Arias // @omariasuarez
Cuestionado por su físico, así como de su estatura (1.78), Fischer Guevara fue profesional durante casi 20 años: debutó en 1998 y se retiró en el 2017. Muy pocos saben, pero el portero nacional tuvo la dicha de haber estado en Universitario de Deportes y Alianza Lima, aunque nunca pudo debutar con la camiseta crema.
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En la previa del clásico, Libero conversó en exclusiva con el ahora preparador de arqueros (tiene a cargo una escuela municipal gratuita en el distrito de San Martín), para conocer de cerca los momentos que vivió en el único clásico que pudo disputar en el año 2014. Y como él lo resume, a pesar de su corta estadía en el cuadro 'íntimo', el sueño de haber jugado en Alianza Lima, el club de sus amores.
En esa época yo estaba en Deportivo Sipesa y ellos tenían un convenio con Yurimaguas. A los jugadores que destacaban, los prestaban. Así es como llego a debutar. Jugué todos los partidos y campeonamos, pero en ese entonces el ascenso no era directo: tenías que jugar una revalidación y esa final la perdimos contra Deportivo Municipal en el Estadio Nacional.
Sí, Ramón Quiroga me llevó. Cuando terminó el partido por la revalidación, el profesor se me acercó y me felicitó por mi desempeño (jugaron tiempo suplementario). Me fue bien, pero lamentablemente la dirigencia de 'Muni' sacó a Ramón. El 'Pato' Domínguez se adueñó del puesto.
Sí, nuevamente Ramón me pide y se formó un gran equipo. Estaba Paulo 'Magaly' Ramos, Carlos 'Loco' Laura, entre otros. La FAP tenía un gran proyecto. Nos dieron sus instalaciones, teníamos todo. Campeonamos en Segunda, pero en la revalidación perdemos contra UPAO. Me causó mucha tristeza.
Sí. Ramón es una persona muy amena, alegre. A los arqueros nos exigía bastante. Nos daba consejos. Le tengo un gran cariño y cuando lo veo trato de demostrarle toda la gratitud que tuvo hacia mi persona. Eso sí, es muy frontal y trabajador. Los mejores recuerdos.
Sucede que con Wanka tuve un buen cierre de año (salvaron la categoría en la revalidación ante Alcides Vigo) y me llegó una muy buena propuesta de Juan Aurich. Jorge Sampoli era el técnico y se había armado un buen grupo. El problema nace cuando la dirigencia tuvo contratiempos con otros directivos, y el presidente que me llevó, terminó siendo reemplazado por otra persona. Allí, Sampaoli renuncia y todo se vino abajo. Para colmo, me lesiono de la rodilla y Juan Aurich no podía pagarme la operación. En esa época no se cobraba el dinero que se paga ahora.
Llegué al 2003 sin equipo y lesionado. Hice mi rehabilitación y cuando ya estaba recuperado, Sampaoli me lleva al Sport Boys. Allí, el arquero titular era Jhonny Vegas: capitán y referente del grupo. En la semana que llego, expulsan a Jhonny. El profesor me dice 'mira no has hecho la pretemporada, la idea es que juegues tú, pero si te pongo ¿qué le digo al chico que viene atrás que si hizo los trabajos?'. Ese chico era Salomón Libman, muy querido en el club, ya que era de las divisiones inferiores. Tapa y lo hace muy bien. Jhonny cumple su fecha de suspensión y regresa al equipo. Ahí vi que era difícil tapar. Decidí irme a Coopsol. En mi carrera siempre he preferido ir a equipos donde pueda jugar. Fue mi consigna.
Correcto. Ese año yo había regresado a Sport Boys por pedido de Roberto Mosquera, pero el profesor fue cesado del cargo. Llega un técnico argentino que me hizo la vida imposible porque tuvo un error en un partido ante Alianza Atlético de Sullana. Pensaba que le estaba haciendo la 'camita'. No recuerdo su nombre.
Sí, él. Fue difícil. Se peleó también con Miguel Rebosio. Chocó con la mayoría de jugadores. Trabajaba, pero no tenía formas. A mitad de año emite una lista en donde saca a seis jugadores, yo estaba dentro de esa lista. Es allí donde recibo el llamado de Jorge Amado Nunes. Había hecho una buena campaña con Roberto Mosquera (en lo personal, pero en resultados no) y eso generó para que me lleve a la U. Compartí vestuario con Juan Flores, que era el titular, y alternaba con José Carvallo. No llegué a debutar.
Sí, el profesor Mario Viera me lleva a Cienciano, pero no se nos daba los resultados. No llegué a jugar (risas), porque Diego Morales estaba en un buen momento. Tapé todos los partidos con la Reserva. Mira como son las cosas, el presidente con quien arreglo es retirado y el que entra nos dice 'miren muchachos si tienen otra oferta, acéptenla porque la situación está difícil'. Allí recibo el llamado de Alianza.
Primero fue Renzo Gayoso. Me pregunta por mi situación ya que estaban barajando opciones ante la lesión de Manuel Heredia (se rompe los ligamentos). Luego recibo la llamada de 'Panchi' Pizarro, que era preparador de arqueros. Fui sincero con él y le dije que había tenido una lesión (fisura en la mano derecha). Ellos querían un arquero para que ataje ya. 'Panchi' me preguntó si quería llegar a Alianza y le dije que sí, porque soy hincha de Alianza. Me contestó: 'entonces ven'. Y no lo pensé más.
Sí. Debuto ante Vallejo de improvisto porque Forysth es expulsado (13 minutos). Fue el único partido que recibí goles (dos autogoles de Mauro Guevgeozián). Los cuatro que disputé (2-0 ante Huánuco, 1-0 ante la U, 1-0 ante Sport Huancayo y Alianza Lima 5-0) ganamos todos y dejé mi valla invicta.
El clásico lo viví de manera especial. Primero, porque yo no iba a tapar. George ya había cumplido su fecha de suspensión, pero un día antes del partido, se siente de la pantorrilla. Llaman a la concentración y me comunican que iba a tapar. Para ese entonces, los hinchas del equipo rival se burlaban de mi físico y los de Comando Sur no me tenían mucha confianza, pero los que iban a ver los entrenamientos sabían como me esforzaba y por eso salí con mucho temple al partido. Fue uno de los mejores momentos de vida: jugar un clásico y defender los colores del equipo de mis amores. Siempre estaré agradecido por la oportunidad. Fue un sueño.
Difícil, pero los muchachos sabrán sacarlo adelante. Hay un buen plantel, solo tienen que retomar la confianza. Me pasó. Sufrí duras críticas, pero eso me ayudó a fortalecer y darle con todo para lo que se venía. Esa es la clave. El mejor de los éxitos para ellos.
Decirles que siempre serán pieza fundamental de la institución. Su aliento es vital para que el equipo pueda salir adelante. Esa es la diferencia que nos caracteriza. Nuestra hinchada. Paciencia y mucho apoyo para el plantel y para el profesor Russo. ¡ARRIBA ALIANZA!