"Alianza es el Perú y el Perú es Alianza”, es una frase que los hinchas 'íntimos' exteriorizaron el último 28 de julio pero que en agosto sigue teniendo vigencia.
Alianza volvió a mantener su arco en cero pero volvió a trastabillar con sus desprolijidades colectivas. Alianza alargó su invicto pero también la preocupación en su hinchada y comando técnico, este último el principal punto de desconfianza del pueblo blanquiazul.
Por eso, Alianza pareciese un reflejo del Perú, con un guía técnico que fecha a fecha demuestra que extravió el libreto o simplemente se le acabó. Algo similar a lo que sucede en la presidencia del gobierno: no hay rumbo fijo y aparentemente casi nula capacidad de replanteo.
Dentro de todo ello, lo positivo para los victorianos es que no se pierde —se alargó a 7 encuentros la racha de invicto— y el aspecto defensivo jornada tras jornada sigue ratificando su buena performance, empezando por la seguridad que brinda Campos.
Un aspecto del que se careció la temporada pasada y que lo llevó a la debacle deportiva. No obstante, si el objetivo es pelear las finales nacionales, Alianza continúa tan verde como su camiseta, y en eso Bustos tiene la principal responsabilidad.
Ya va a ser medio año de trabajo y pareciese que Alianza no tiene guía, y en eso vaya que se parece al Perú