Dragon Ball Super emocionó a los fanáticos. Uno de los capítulos más recordados fue cuando Whis aceptó ayudar a Gokú en su entrenamiento. Bills se sorprendió por la abrupta decisión del saiyajin y que después del Torneo del Universo 6 las cosas se calmarían. Pero eso no ocurrió y pidió participar en otro torneo para superar su propia fuerza.
'El dios de la destrucción', molesto por la presencia de Gokú, le dice que preocupe por entrenar. Pero, en un comportamiento extrano de nuestro protagonista, este decide no hacerle caso y le recuerda que Zenosama es su amigo y que sería buena la idea de hacer un Torneo, pero con todos los universos. Whis, interrumpe la conversación, para decir que está de acuerdo con la deidad y no sería bueno agitar las aguas, pues podría ocurrir algo malo.
Gokú esboza una sonrisa y de su bolsillo saca un pequeño llavero que le entregó Zenosama, este objeto tenía dos botones uno rojo y otro azul, el primero llamaba al pequeño Zen, mientras que el segundo lo llevaba con él. Bills, muy molesto y seguro de sí mismo, se acercó a Kakaroto, puso su mano delante de su rostro en posición de hakai. La deidad le mencionó que si apretaba cualquiera de los dos botones lo mataría.
Nuestro protagonista apretó el botón rojo por lo que fue hablar con los Zenosama, uno del presente y otro del futuro. Gokú le hizo recordar al del presente sobre el torneo. El Gran sacerdote, que se encontraba allí, acordó una fecha y las reglas para el próximo torneo. Al regresar, Bills le dio un golpe en el pecho que dejó noqueado a Gokú por unos segundos como castigo por haber desobedecido sus ordenes.