En una de las primeras sagas de Dragon Ball, conocimos a Vegeta, este saiyajin era parte del ejercito de Freezer y que había llegado a la tierra para conquistarla y luego destruirla. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa al encontrarse con otro guerrero de su misma raza. Además, supo que aquel héroe había derrotado unos años antes a su viejo amigo Raditz. Con el pasar del tiempo, se convirtió en uno de los personajes más queridos.
Gokú al darse cuenta que el 'Príncipe de los Saiyajin' era igual de malvado que su hermano, decidió pelear contra él, para defender a su familia, amigos y la tierra. Pero no la tendría nada fácil, pues Vegeta no era débil y nuestra protagonista aún no había logrado despertar su transformación.
Por lo que se veía, Kakaroto estaba logrando dominar a Vegeta, sin embargo este utilizó su último recurso al ver que podía ser vencido. Miró hacia el cielo y vio la luna, su plan consistía en transformarse en Ozaru. Pues dicho y hecho, 'El príncipe de los Saiyajin' comenzó a dominar la batalla. Con su gran puño pudo aplastar a Gokú, ante las miradas de Gohan y Krilin que no querían huir.
Sin embargo, de un momento a otro, una silueta negra pasó muy rápido por la espalda del mono gigante. Era Yajirobe, que agazapado entre las rocas, había corrido con todas sus fuerzas y cortado la cola Ozaru. Vegeta se hizo pequeño de nuevo, mientras el nuevo héroe se escondía, otra vez.