Por amor al fútbol: 5 jugadores que celebraron un gol con un beso a su compañero

Es común ver a los jugadores besar todo: el escudo, el trofeo ganado, a los familiares en la tribuna, al balón antes de patear un penal o tiro libre, el césped antes de ingresar al campo, entre otros. Pero lo más inusual es besar al compañero. Algunos jugadores se dejan llevar por el ambiente de un Estadio y al momento de anotar un gol, aprovechan para robarle un 'pico' a su colega.

A propósito del Día Internacional del Beso, recordamos algunas celebraciones polémicas que ocurrieron en el fútbol.

Ocurrió en el 2008, en un partido de Catania contra Udinese por la Copa de Italia. Gionatha Spinesi anotó el 1-1 parcial y en vez de abrir los brazos e imitar las alas abiertas de una gaviota como solía festejar, se dirige hacia hacia Juan Vargas y los dos se besan y abrazan.

Diego Maradona y Claudio Caniggia se dieron un beso en el Superclásico entre Boca Juniors vs. River Plate del Clausura de 1996. El beso quedó grabado en la historia del fútbol argentino.

Después de ganar un clásico contra Alianza Lima en 2008, los jugadores de Universitario, Donny Neyra y 'Malingas' Jiménez se dieron un beso. Neyra contó que le dio un 'pico' a su compañero para evitar pagar una apuesta que era una zapatilla que costaban 500 soles. "Era la zapatilla o el beso y no me iba a gastar los 500 soles", contó alguna vez el exjugador crema.

En mayo del 2011, Fabricio Lenci y Juan Carrillo celebraron con un beso el triunfo de Sport Áncash contra Universitario en Huaraz. "Los labios de Fabricio son anchitos, muy lindos", bromeó Carrillo tras el partido.

Diego Maradona también le demostró su cariño a Carlos Tevez pero no tras marcar un gol en un partido. Sucede que el exjugador de la Juventus recibió un homenaje por ganar la medalla de oro en Londres 2004 y el Diez no dudó en celebrarlo con un beso.

El Día Internacional del Beso se celebra cada 13 de abril como un homenaje al beso de más larga duración que se ha registrado en la historia, el cual tuvo lugar en Tailandia. Además, es un recordatorio de la importancia que tiene el beso para las relaciones humanas.