Noble gesto. Eduardo Camavinga, jugador del Real Madrid, tuvo la delicadeza de parar su auto y dedicarle unos minutos a un aficionado peruano tras su salida del club. El volante bajó la ventana de su auto y le mandó saludos, demostrando la calidad de persona que es. El joven jugador se ganó el reconocimiento de las personas presentes y se fue aplaudido.