Este domingo WWE no solo celebrará Survivor Series, sino que también habrá un segmento llamado "Final Farewell" en el cual se rendirá una despedida The Undertaker tras treinta años de carrera. Ante ello, el propio Mark Calloway habló para zanjar cualquier rumor. En una entrevista con Ariel Helwani, The Undertaker hizo un repaso en su carrera y fue firme cuando se le consultó sobre la chance de que haya una última pelea en la próxima edición de WrestleMania.
"En mi mente, estoy 100% terminado. Pero hay un tipo que reside en Stamford, Connecticut, que vive según el lema 'nunca digas nunca'", señaló el histórico luchador. The Undertaker -que posee una racha de 25-2 en la historia de WrestleMania- hizo énfasis en que su voluntad es seguir peleando, pero que su estado físico ya no es el de antes y eso puede mermar la calidad de su presentación. "Todavía tengo la pasión para hacer esto. Me encanta. Y físicamente, si pudiera hacerlo para siempre, lo haría. Simplemente lo disfruto mucho. Pero no puedes correr más rápido que el Padre Tiempo. Físicamente no estoy en un punto en el que puedo salir y ser Undertaker, el Undertaker que la gente espera ver cuando pagan dinero para verme luchar. Simplemente ya no estoy físicamente allí”, agregó. En ese sentido, enfatizó que no busca beneficiarse económicamente brindando un rendimiento inferior al que el público espera. "No quiero ser ese tipo que sale cojeando al ring, y los jóvenes tienen que trabajar conmigo con cuidado sólo para un chokeslam o caer de cabeza. Uno, no es justo para ellos. Dos, no es justo para los fanáticos. No quiero ser el tipo que usa el capital que he acumulado durante todos estos años para salir y ganar uno o dos días de pago. No me parece bien”, remarcó el luchador de 55 años.
"Saqué todo lo que puedo sacar de la esponja. No queda ni una gota de agua, así que es hora de que me vaya", sentenció. Es importante señalar que el "Final Farewell" se celebrará el domingo como parte de aniversario 30 del debut de The Undertaker, en Survivor Series 1990. Se prevé un histórico evento marcado por la emoción de ver el adiós del más grande luchador de WWE.