Tras el Día de la Liberación, donde Trump anunció aranceles, China respondió con una drástica estrategia. Entérate de cuál fue aquí.
La guerra comercial entre las dos principales economías del mundo ha dado un giro decisivo. Esta semana, China respondió con contundencia a las medidas arancelarias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El miércoles, el mandatario republicano ordenó aplicar un arancel del 34% a los productos chinos, que se suma al 20% ya vigente desde inicios del año, llevando el total de gravámenes a un impresionante 54%.
La medida convirtió a China en uno de los países más castigados por la política comercial estadounidense, y no tardó en llegar una respuesta igual de severa para Donald Trump desde Pekín. En esta nota te comentamos más al respecto.
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Según BBC Mundo, en una acción sin precedentes, el gobierno chino anunció la imposición de un arancel del 34% a todas las importaciones estadounidenses, decisión que entrará en vigor el próximo 10 de abril. Esta drástica medida fue acompañada por una demanda formal ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde China acusó a Estados Unidos de violar las reglas del comercio internacional y de desestabilizar el sistema económico global.
Pero la respuesta de Pekín no se limitó a los aranceles. En un giro que agrava la situación, China anunció restricciones a la exportación de tierras raras, minerales esenciales en la producción de alta tecnología. Además, suspendió de inmediato las importaciones de sorgo, productos avícolas y harina de huesos procedentes de algunas empresas estadounidenses, afectando directamente al sector agrícola de EE.UU.
La lista de represalias se extiende: 16 empresas estadounidenses fueron incluidas en una nueva lista de control de exportaciones, lo que impide que reciban productos con aplicaciones civiles y militares. A esto se suman otras 11 firmas añadidas a la lista de "entidades poco fiables", debido a su supuesta colaboración técnico-militar con Taiwán, un tema altamente sensible para China.
Por último, el Ministerio de Comercio de China confirmó el inicio de una investigación antidumping sobre productos médicos importados de EE.UU. utilizados en tomografías computarizadas, lo que podría desencadenar más sanciones en el sector salud.
La respuesta china provocó una sacudida inmediata en los mercados financieros. Las bolsas europeas cerraron la semana con pérdidas superiores al 3%, arrastradas por la incertidumbre que ya venía causando el anuncio de los nuevos aranceles de Trump. Alemania, Francia y Reino Unido fueron los más afectados, mientras que en Asia los índices también reflejaron caídas generalizadas.
El efecto dominó se trasladó a Wall Street. Los mercados en EE.UU. vivieron su peor jornada desde la pandemia de 2020, en medio de una ola de ventas masivas de acciones. Analistas financieros advierten que esta escalada arancelaria podría frenar el crecimiento económico global e impactar directamente en los bolsillos de los consumidores, al elevar los precios de productos básicos y tecnológicos.
En su primera reacción pública, Trump escribió en su red Truth Social: “China se equivocó: entró en pánico. ¡Lo único que no se pueden permitir!”. Sin embargo, los hechos parecen mostrar una estrategia bien calculada desde Pekín, que apunta a golpear sectores clave y aumentar la presión sobre la administración estadounidense.
