Trump permite al Ejército controlar terrenos federales en la frontera sur para fortalecer la vigilancia contra la inmigración irregular y el tráfico ilegal.
Únete a nuestro canal de WhatsAppEl viernes 11 de abril, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una autorización que le concede al Ejército estadounidense el control sobre terrenos federales ubicados en la frontera con México.
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Esta medida forma parte de su estrategia para impulsar y reforzar su política migratoria. Asimismo, la decisión otorga nuevas facultades a las fuerzas militares para gestionar propiedades federales en zonas estratégicas de la frontera sur, en lo que la administración Trump describe como un paso decisivo para fortalecer el control migratorio. A continuación, todo lo que debes saber.
Hace unas horas, el republicano firmó hoy una orden que traslada la jurisdicción de terrenos públicos fronterizos al Departamento de Defensa. La directiva establece un plazo de 45 días para completar esta transferencia que afecta principalmente a la "Reserva Roosevelt", una franja de 20 metros de ancho que recorre 1.000 kilómetros desde Nuevo México hasta California.
La orden presidencial, dirigida a los secretarios de Defensa, Seguridad Nacional, Interior y Agricultura, autoriza "actividades militares" en estos terrenos sin especificar su naturaleza exacta. Este traspaso representa un cambio significativo en la gestión de la frontera sur.
Según informó The Washington Post el mes pasado, la administración Trump ha estado evaluando otorgar al Ejército la facultad de detener migrantes que crucen irregularmente la frontera, función tradicionalmente asignada a la Patrulla Fronteriza.
Expertos en derecho constitucional han cuestionado la legalidad de permitir a militares realizar arrestos de civiles en territorio estadounidense, señalando posibles conflictos con la separación tradicional entre funciones militares y policiales dentro del país americano.
Trump ha ordenado transferir terrenos fronterizos al Pentágono, intensificando la militarización de la política migratoria estadounidense, sumándose al despliegue de miles de soldados en la frontera sur y al uso de aviones militares para trasladar inmigrantes venezolanos a Guantánamo.
Los efectos de estas políticas son evidentes en las estadísticas migratorias. Las detenciones en la frontera sur han disminuido drásticamente, pasando de 124,000 en diciembre bajo la administración Biden a menos de 30,000 en febrero. Aunque expertos cuestionan la legalidad de asignar funciones de arresto civil a militares, la estrategia de Trump continúa consolidando el papel del Ejército en la gestión migratoria.