USCIS ha anunciado la reactivación de un programa migratorio del DHS que podría causar preocupación entre algunas personas en Estados Unidos.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) anunció que se reactivará el programa SAVE, que verifica el estatus migratorio de los inscritos para votar. Esta medida, impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), refleja las prioridades del gobierno actual de asegurar que solo ciudadanos con derecho legal participen en las elecciones, con el fin de impedir que personas sin estatus migratorio legal influyan en el proceso electoral.
El programa SAVE, que significa Verificación Sistemática de Extranjeros para Derechos, fue inicialmente implementado bajo la administración de Donald Trump. Su objetivo es proporcionar a los gobiernos estatales y locales las herramientas necesarias para identificar a los extranjeros registrados para votar, con la intención de prevenir el fraude electoral.
Una de las actualizaciones más significativas del programa es la colaboración entre USCIS y la Administración del Seguro Social (SSA). Esta asociación permitirá a las agencias gubernamentales utilizar el número de Seguro Social para verificar tanto el estatus migratorio como la ciudadanía de una persona.
Este cambio es crucial para quienes solicitan beneficios, licencias o registros en diferentes niveles del gobierno, ya que facilitará el proceso de verificación.
El programa SAVE es un sistema en línea accesible para varias agencias gubernamentales. Este servicio permite confirmar si una persona es inmigrante legal, ciudadano naturalizado o tiene un estatus válido en Estados Unidos.
Aunque el gobierno defiende esta medida como una forma de proteger la integridad de las elecciones, existen preocupaciones sobre cómo podría afectar a las comunidades inmigrantes, que podrían verse disuadidas de participar en el proceso electoral por miedo a represalias.
La reactivación del programa SAVE ha generado reacciones mixtas. Mientras que algunos sectores apoyan la medida como una forma de garantizar la legalidad en el proceso electoral, otros advierten que podría resultar en un clima de miedo y desconfianza entre los inmigrantes.
La preocupación radica en que la verificación del estatus migratorio podría llevar a la exclusión de personas que, aunque no tengan un estatus legal, desean participar en la democracia estadounidense.