El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) triplicará sus medidas contra los inmigrantes, mejorando los arrestos migratorios.
La administración de Donald Trump ha dado un paso firme hacia una ofensiva migratoria más agresiva, ordenando que ICE realice 3.000 arrestos diarios. Esta cifra triplica el promedio registrado durante los primeros días de su primer mandato, y marca el inicio de una campaña de deportaciones masivas a nivel nacional.
La decisión surgió durante una reunión el 21 de mayo en la sede del ICE en Washington D.C. Allí, Stephen Miller, principal asesor de Trump en temas migratorios, exigió a los altos mandos de ICE que aumenten significativamente las detenciones y deportaciones. Argumentó que, tras el aumento de ingresos de inmigrantes durante la administración Biden, era necesario actuar con fuerza.
Aunque la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, tuvo un enfoque más consultivo, también presionó para alcanzar cifras más altas. Según asistentes, el tono de Miller fue tan contundente que varios sintieron que sus empleos podrían estar en peligro si no cumplían los nuevos objetivos.
Este endurecimiento ocurre en un momento en que los cruces fronterizos han disminuido, lo que ha llevado al gobierno a trasladar el enfoque operativo al interior del país, intensificando los arrestos en comunidades alejadas de la frontera.
Según el medio de comunicación AXIOS, para cumplir con esta nueva meta, ICE está recibiendo refuerzos presupuestarios por parte del Congreso, con un paquete de $147 mil millones aprobado para ampliar personal, camas y recursos.
También se están expandiendo centros de detención y firmando acuerdos para abrir nuevas instalaciones en todo el país, lo que ya ha generado protestas y tensiones políticas. Además, ICE ha cambiado su estrategia: como los cruces fronterizos han bajado, ahora las expulsiones desde el interior de EE. UU. han aumentado, según datos de organismos independientes. Todo esto responde al objetivo mayor de Trump y Vance: