El estado de Oregón busca evitar que las protestas contra las políticas de Donald Trump escalen a niveles de violencia, como ocurrió en Portland en 2020.
Hace algunos años, Portland fue escenario de intensas protestas contra la violencia policial, que derivaron en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas del orden. Agentes federales, enviados por el entonces presidente Donald Trump, detuvieron a manifestantes de forma indiscriminada y generó duras críticas. Hoy, ante las recientes leyes contra los inmigrantes por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), las autoridades temen un nuevo estallido social en la ciudad.
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Bob Day, jefe de la policía de Portland, y Keith Wilson, alcalde de la ciudad, se pronunciaron ante los medios locales sobre el manejo de las próximas protestas. "Desde el punto de vista de la seguridad pública, lo que se busca es no contribuir al caos", afirmaron. Ambos señalaron que han aprendido de los errores del pasado: "Estamos abordando los eventos a gran escala de una manera muy diferente a como lo hicimos anteriormente".
Tras las protestas sucedidas hace 5 años, se revisaron las acciones y se procedieron a cambiar las directivas significativamente. Estas reformas son: el uso reducido del gas lacrimógeno, equipo militarizado, reestructuración del equipo de respuesta rápida del departamento y el establecimiento de oficiales de enlace para fortalecer las relaciones con los organizadores comunitarios.
Terrence Hayes, organizador comunitario local, señaló que el ánimo de los vecinos ha cambiado desde 2020. Asegura que no desean revivir aquellos hechos ni exponerse a nuevos enfrentamientos: "Simplemente no creo que estemos buscando esa pelea. Si ICE empieza a forzar ciertas medidas, claro que la gente se va a alzar y protestar, pero no creo que vayan a ser destructivos en el centro de la ciudad".
Day señaló que estas políticas han contribuido a reducir la violencia. Destacó que el Departamento de Policía no colabora con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), aunque, aun así, los ciudadanos han llegado a protestar contra sus propios oficiales locales. A pesar de ello, afirmó que es necesario mantener la colaboración con la comunidad para evitar que la violencia escale.