Como consecuencia del bombardeo de instalaciones nucleares en Irán, estas ciudades reforzaron sus medidas de seguridad en caso de contraataques.
Tras lo pronunciado por el presidente Donald Trump sobre los ataques dirigidos contra instalaciones nucleares iraníes, tres ciudades de Estados Unidos —Nueva York, Los Ángeles y Washington D.C. — reforzaron sus medidas de seguridad. Las autoridades locales han incrementado la vigilancia en zonas sensibles ante el riesgo de represalias o incidentes relacionados con el creciente conflicto en Oriente Medio. En esta nota te comentamos de qué se trata cada una de las estrategias planteadas.
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En Nueva York, el Departamento de Policía (NYPD) comunicó que elevó su nivel de alerta y desplegó recursos adicionales en puntos clave de la ciudad. Se reforzaron los patrullajes en sitios religiosos, culturales y diplomáticos, aunque hasta ahora no se han detectado amenazas específicas.
Además, se identificaron como áreas sensibles aquellas con posibles vínculos al conflicto, como centros con presencia israelí y mezquitas chiitas. Según Paul Mauro, exinspector del NYPD, se han implementado patrullas especializadas y vehículos especiales han sido colocados frente a templos como medida preventiva.
Asimismo, el NYPD intensificó la vigilancia en línea, a través de su programa de ciberseguridad antiterrorista, con el objetivo de detectar señales de amenaza de que puedan materializarse.
En la costa oeste, Los Ángeles adoptó una estrategia similar. La alcaldesa Karen Blass informó que, aunque no hay amenazas creíbles en este momento, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) aumentó la presencia policial en lugares de culto, centros comunitarios y otras áreas consideradas sensibles.
En la capital del país, el Departamento de Policía Metropolitana (MPD) también reforzó su postura de seguridad. En un comunicado oficial, el MPD indicó que monitorea de cerca la situación internacional y mantiene coordinación estrecha con agencias de todos los niveles para compartir inteligencia de forma eficaz.
Aunque no se han identificado amenazas directas, se ha intensificado la vigilancia especialmente en sitios religiosos, con el objetivo de proteger a residentes, turistas y trabajadores del Distrito de Columbia.