En esta nota te comentamos como la ausencia de inmigrantes indocumentados en diversos factores del estado de California afectará la economía.
La economía de California podría enfrentar una pérdida significativa sin la presencia de trabajadores indocumentados. Un análisis de la Universidad de California en Merced y el Bay Area Council Economic Institute estimó que, sin su participación laboral y su poder de consumo, el estado perdería cerca de 278.4 mil millones de dólares en actividad económica, equivalente al 9% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal.
Esta pérdida incluiría no solo los ingresos y salarios generados por estos inmigrantes, sino también interrupciones en sectores dependientes de su labor, como la construcción, agricultura y hotelería. Sabiendo esto, en esta nota te comentamos más sobre el impacto de los inmigrantes y la situación económica de California.
Según CalMatters, los inmigrantes no solo ocupan empleos que muchos ciudadanos estadounidenses no desean, sino que además presentan una tasa de empleo muy superior al promedio. En California, el 85% de los adultos sin estatus legal están empleados, frente a un 62% en la población general.
A pesar de no poder acceder a servicios públicos ni ayudas sociales, estos trabajadores contribuyen miles de millones de dólares en impuestos a los distintos niveles de gobierno. Su trabajo sostiene industrias clave, como la agricultura y hotelería, y su ausencia llevaría a un éxodo empresarial por falta de mano de obra disponible.
Asimismo, los inmigrantes legales han sido cruciales en sectores de alta tecnología. En Silicon Valley, por ejemplo, dos tercios de los trabajadores nacieron en el extranjero, aportando talento y generando ingresos fiscales mediante empleos bien remunerados. Según Giovanni Peri, experto en economía laboral, la inmigración no afecta negativamente los salarios y, por el contrario, fomenta la innovación y el crecimiento empresarial.
Durante el primer mandato de Donald Trump, la inmigración legal a California disminuyó significativamente. Entre 2015 y 2019, el número de inmigrantes autorizados cayó de 211,000 a 159,000 anuales, según cifras del Departamento de Finanzas del estado. Este descenso se atribuye, en parte, a retrasos burocráticos en el procesamiento de visas y mayores exigencias en las entrevistas consulares.
Expertos estatales advierten que la retórica y políticas antiinmigrantes pueden desalentar futuras inversiones, ya que muchos potenciales inmigrantes y empresarios reconsideran establecerse en California o incluso en Estados Unidos.