El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) planeó esta estrategia para reforzar su sistema de vigilancia de inmigrantes.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ordenó una expansión masiva de su vigilancia migratoria: hasta 183,000 inmigrantes podrían ser obligados a usar grilletes electrónicos con GPS en los tobillos, según un memorando interno revelado por The Washington Post.
Hasta ahora, solo 24,000 personas en el programa de Alternativas a la Detención (ATD) llevaban estos dispositivos. Pero el documento, fechado el 9 de junio, instruye a los agentes federales a colocarlos “siempre que sea posible”, incluso en quienes han cumplido con todos los requisitos de su proceso migratorio. Las únicas excepciones serían las mujeres embarazadas, quienes deberán usar rastreadores en la muñeca. ¿Qué más se sabe al respecto? Aquí te contamos.
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Según The Washington Post, la nueva política busca reforzar el rastreo de inmigrantes que no están detenidos, especialmente aquellos en proceso de deportación. ICE justifica esta medida como una “herramienta de control” para erradicar la migración irregular. Pero lo que muchos ven como una alternativa a la detención se está transformando en una forma de castigo electrónico.
Los dispositivos —negros, pesados, y comparables a una baraja de cartas atada al tobillo— serán administrados por BI Inc., una filial del conglomerado privado Geo Group, que ya controla centros de detención y vuelos de deportación. Cada inmigrante monitoreado representa $3.70 diarios para la empresa. En total, la expansión podría significar cientos de millones de dólares en ingresos.
Organizaciones defensoras de inmigrantes han estallado en críticas. Abogados denuncian que personas sin antecedentes ni faltas están siendo obligadas a llevar grilletes “sin explicación”. Laura Rivera, de Just Futures, dijo que esta política convierte los hogares en “jaulas digitales”.
Cabe mencionar que el grillete también deja marcas físicas: moretones, erupciones y ansiedad. El sudafricano Michael Langa, quien lo usó por ocho meses, dijo que “te destruye el alma”.