Redada federal en Chicago deja 37 inmigrantes arrestados. El operativo incluyó helicópteros, vehículos militares y la detención de ciudadanos estadounidenses.
Una gran redada encabezada por agentes federales en un edificio residencial de South Shore, Chicago, dejó 37 inmigrantes arrestados y generó escenas de pánico entre vecinos. Adultos y niños fueron desalojados entre gritos y llanto en la madrugada del 30 de septiembre, en un operativo que incluyó un helicóptero Black Hawk, vehículos militares y la participación de múltiples agencias.
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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó que la acción formaba parte de la "Operación Midway Blitz", una campaña migratoria lanzada por el gobierno de Donald Trump. La mayoría de los detenidos son originarios de Venezuela, aunque también se reportaron arrestos de ciudadanos de México, Nigeria y Colombia. Testigos relataron uso excesivo de fuerza, detención de menores y ciudadanos estadounidenses, así como escenas de caos que dejaron daños visibles en el edificio.
El operativo en el edificio de cinco pisos fue descrito por residentes como una escena militarizada. Según el DHS, el inmueble era frecuentado por miembros del Tren de Aragua, una banda criminal venezolana. Al menos dos de los arrestados estarían vinculados a este grupo, mientras que otros enfrentaban cargos previos por agresión y posesión de drogas.
Redada nocturna en Chicago deja más de 30 detenidos.
Vecinos como Darrell Ballard y Eboni Watson describieron momentos de terror: explosiones de granadas aturdidoras, niños esposados, y residentes llorando mientras eran sacados por la fuerza. Además, se confirmó que cuatro menores ciudadanos estadounidenses fueron puestos bajo custodia al ser separados de sus padres indocumentados.
El gobernador JB Pritzker emitió un comunicado condenando las acciones del gobierno federal, acusando al DHS de violar el debido proceso, intimidar a residentes y detener incluso a ciudadanos estadounidenses. "No se concentran en criminales violentos, sino que siembran el miedo", señaló.
Aunque el DHS aseguró que aún recopila información "debido a la magnitud de la operación", las imágenes tras la redada mostraban ventanas rotas, pasillos con escombros y pertenencias personales destruidas. Los agentes advirtieron que cualquier persona con una orden judicial activa podía ser retenida, sin importar su estatus migratorio.