Nueva regla elimina la opción “X” en los pasaportes de EE. UU. y obliga a usar solo masculino o femenino. Miles de personas deberán actualizar su documento.
Un cambio legal aprobado por la Corte Suprema obliga al Gobierno de Donald Trump a modificar de inmediato el proceso de emisión y renovación de pasaportes en Estados Unidos. La medida elimina la posibilidad de elegir un marcador de género distinto a “masculino” o “femenino”, lo que afectará a miles de solicitantes que venían utilizando la opción “X” incorporada en 2021.
Esta decisión deja sin efecto las solicitudes basadas en identidades no binarias y obliga a que toda la información del pasaporte se alinee con el sexo biológico del solicitante. Cualquier trámite que no cumpla con el nuevo estándar podría ser rechazado sin derecho a apelación inmediata.
Miles temen perder sus documentos por nuevas medidas.
El tribunal avaló el cambio impulsado por la administración Trump, señalando que restringir el marcador de género no viola protecciones constitucionales. Los jueces que apoyaron el fallo argumentaron que el sexo biológico es un dato básico de identificación, al igual que la fecha o el lugar de nacimiento.
Sin embargo, algunos magistrados advirtieron que el ajuste será disruptivo para quienes ya contaban con pasaportes con marcador “X”, pues deberán realizar cambios obligatorios en sus documentos antes de futuras renovaciones o viajes internacionales.
El Departamento de Estado ya no aceptará:
A partir de ahora, todo trámite deberá ajustarse a las dos opciones legalmente reconocidas: M (masculino) o F (femenino).
Organizaciones de derechos civiles han alertado que el cambio podría generar pérdida de validez de documentos, retrasos en viajes y mayor vulnerabilidad para personas trans y no binarias que deban mostrar su identificación ante autoridades.
Las personas con marcadores no binarios en sus documentos deberán actualizar sus pasaportes para evitar problemas al viajar o al momento de renovar. El Departamento de Estado pedirá que seleccionen una de las dos categorías oficiales, siguiendo el sexo registrado en certificados o actas originales.
Defensores de la comunidad LGBTQ+ advierten que este requisito podría suponer nuevos obstáculos administrativos y riesgos de discriminación, pues obligará a muchas personas a cargar con un documento que no coincide con su identidad de género real.