Una final a la altura de la historia, una definición digna de Copa Libertadores y un partido que respondió a las expectativas. Así se vivió el clásico entre Boca Juniors y River Plate, con un empate 2-2 que no deja favoritos en la finalísima copera.
Desde el pitazo inicial, “xeneizes” y “millonarios” salieron con la clara idea de vencer para rematar en la vuelta del sábado 24. El gol de “Wanchope” Ábila a los 34’ y la respuesta de la visita, apenas un minuto después a través de Lucas Pratto, daban luces de una reñida definición.
Pero como dueño de casa, Boca no quiso defraudar a “La 12” y antes de que acabe la primera mitad, el recién ingresado -en lugar del lesionado Cristian Pavón- Darío Benedetto pondría nuevamente arriba a los boquenses.
En la “Franja” no hubo desesperación y en el complemento, a partir del empate por medio de un autogol de Izquierdoz a los 63’, cuidaron el resultado en complicidad con un felino Franco Armani. El experimentado portero terminó siendo una de las figuras de la primera final y “le sacó un gol” a Benedetto.
Con los tres pitazos del árbitro en los primeros 90’, el “azul y oro” puede jactarse de seguir siendo invencible en su casa ante su clásico rival. Es que internacionalmente hablando, River sigue sin ganar en La Bombonera por la Libertadores.
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Sin embargo, los rojiblancos también pueden descansar tranquilos dado que, la última vez que igualaron en el torneo más importante del continente, terminaron eliminando al “Xeneize” en el recordado clásico del gas pimienta.
Una muestra clara del por qué es uno de los mejores clásicos del mundo: nada está dicho y todo se definirá dentro de 12 días en el Monumental. Se viene el River-Boca y lo intenso de ayer, se multiplicará en la revancha. Que así sea.