Muchos son los llamados, pocos los elegidos. “Sí o sí el Balón de Oro tiene que salir de la final de la Champions League”, indicó el argentino Sergio Agüero hace unos días, refiriéndose probablemente a Mohamed Salah y Sadio Mané del Liverpool, y a Son Heung-Min del Tottenham Hotspur.
Razón no le falta, puesto que en los últimos cinco años se ha premiado al que terminó levantando la “Orejona” ante los ojos del mundo.
Tanto el delantero egipcio como el senegalés han hecho méritos suficientes —en la Premier League y en Europa— para ser tomados en consideración, mientras que el surcoreano asumió galones en los “Spurs” tras la lesión de Harry Kane en la recta final de la temporada.
Sin embargo, ganar la Copa de Europa no siempre fue una condición para recibir el Balón de Oro. Sin irnos muy lejos, en el 2013 Cristiano Ronaldo se hizo con el galardón sin ganar un solo título, pero sí con sus 69 goles.
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Y un año antes, Lionel Messi —gran favorito para esta edición hasta hace poco— lideró el podio habiendo conseguido La Liga y Copa del Rey. Otros ejemplos son los casos de Ronaldinho con el Barcelona (2005) y Ronaldo Nazário con el Inter (1997). ¿La final de la Champions volverá a ser determinante?
EL DATO
Luka Modric le puso fin a la hegemonía de Messi y Cristiano (10 años) ganando el último Balón de Oro.