Dortmund estaba en la obligación de ganar para escalar posiciones en la Bundesliga. El Signal Iduna Park se pintó de amarillo y negro, los hinchas acompañaron a su equipo hasta el final y convirtiendo el recinto deportivo en una fiesta.
Leipzig hizo lo suyo, defendió su portería lejos de su área, fue a presionar en los momentos precisos y aprovechó las ocasiones claras de gol que se le presentaba.
En los primeros minutos, los locales no encontraban el camino del arco rival. Pelotazos buscando a los atacantes parecía ser la única vía para el lastimar la portería de Gulácsi.
A los 23 minutos, Weigl aprovechó un error de salida de Leipzig y anotó el 1-0 para Dortmund. Diez minutos después, Brandt anotó el segundo y todo parecía indicar que el marcador estaba asegurado.