Con tan solo 18 años, Lionel Messi, uno de los muchos canteranos que buscaban abrirse paso en el primer equipo del Barcelona, disputaba su primer partido como titular en el Camp Nou contra la Juventus por el Trofeo Joan Gamper.
En un equipo donde brillaban estrellas como Ronaldinho, Puyol, Deco y Eto’o, la "Pulga" demostró todo su talento en el verde, el cual no pasó desapercibido por el estratega de la "Vieja Señora" en ese entonces, Fabio Capello.
"A los 25 minutos de partido me acerqué a Frank (Rijkaard) y le pedí la cesión de Messi. Sabía de algunos problemas burocráticos y pensaba que no podía empezar la temporada en Barcelona. Entonces se me ocurrió llevármelo a Turín, pero Frank me dijo que en meses estaría todo arreglado, así que no pudimos llegar a un acuerdo", declaró el técnico italiano.
Capello conocía un poco el juego de "Lio" por su desempeño en las categorías menores de la selección argentina, sin embargo, el ahora exentrenador quedó cautivado por el accionar de Messi contra jugadores de gran calibre como Cannavaro o Vieira.
"Sabía que Messi existía por sus actuaciones con las selecciones inferiores de Argentina, pero lo que ví aquella noche me dejó alucinado. Que un futbolista de su edad jugara de aquella manera, ante 90.000 espectadores, sin dejarse intimidar por Balzaretti, un lateral con experiencia y duro, me sorprendió enormemente. Tenía personalidad, calidad, 'dribbling', fantasía… Agarraba el balón y se iba directo a portería con un descaro inusual”, indicó.
Ahora, Capello se muestra contento por haber gozado años atrás de un jugador que es catalogado como uno de los mejores de la historia. "Hemos disfrutado de todo el despliegue técnico, su talento. Pero ahora puede jugar con más experiencia y eso le da un plus. Con este equilibrio puede mantener el nivel hasta el final de su carrera".