Neymar no pudo cerrar con broche de oro la temporada en la Champions League, que hubiera significado el primero en la historia del PSG, su actual equipo. En la gran final disputada en Lisboa, el equipo francés no pudo contra el poderío del Bayern Munich y terminó cayendo por 1-0 con gol de Kingsley Coman.
La desazón fue grande en el PSG y se notó en la cara de los futbolistas, pero la imagen desencajada de Neymar fue la que más conmovió al mundo. El brasileño no pudo contener las lágrimas tras el pitazo final del árbitro y sus compañeros, además de sus rivales, trataron de darle consuelo para calmarlo.
Tras unos minutos de tristeza, Ney aceptó su derrota con deportividad, se quedó en el campo para la ceremonia de premiación y recogió su medalla. Si bien, el malestar por una derrota hace que algunos futbolistas desprecien ese reconocimiento por obtener el segundo lugar, eso no pasó con el ‘10’ parisino.
Neymar caminó por el pasillo que hizo el Bayern Munich, recogió su medalla y siguió su marcha, con notoria tristeza al vez tan cerca, pero tan lejos, el trofeo de la Champions League. Luego del partido, el habilidoso deportista se marchó a casa para recibir el calor de su familia en medio de la pena.
Ya en casa, Neymar compartió con sus seres queridos y no tuvo mejor idea que obsequiar la presea de plata que obtuvo, aunque no a cualquier persona, sino a su hijo, Davi Lucca dos Santos. El propio jugador lo hizo público a través de una postal que compartió en Instagram, donde se le notaba más tranquilo.
“Felicidades amor mío, ¡nueve añitos! Te amo mucho”, escribió Neymar en el post que realizó. La caída, como ha pasado en su carrera, solo es un motivo más para impulsarse y salir de nuevo en busca de la gloria. Por ahora, recargará algo de energías para volver a engancharse con el PSG en la nueva temporada que ya inició.