Uno a uno desfilaban los jugadores de la bicolor, pero ninguno como él para desatar el loquerío en las afueras de un hotel Diplomatic, que al menos dejó de serlo por breves minutos.
Luis Córdova, Mendoza (Argentina)
“Paolo ponle huevos. Tú eres un guerrero”, así de tajante y sentido se oyó el clamor de un grupo de peruanos que, “facturas” en mano -los más pudientes- arengaron a este flaco que congela sus disfuerzos en la televisión para sacar toda su artillería cuando viste la blanquirroja.
“Llego con los mejores deseos para jugar esta Copa, que servirá de mucho para saber cuál será nuestro real poderío en las Eliminatorias”, dijo ilusionado para luego sumarse a la colectiva amargura de los que no estarán.“Es una lástima que no esté Claudio (Pizarro), o Jefferson (Farfán), pero ya está.Sabemos que la responsabilidad recaerá en los jugadores de mayor experiencia, y no le corremos al reto”, añadió Paolo Guerrero.
¿Y quién sino? Con un Sergio Markarián, en plena recuperación del patatús que originaron las lesiones de la “Foquita” y el “Bombardero”, Paolo aparece como ese “Depredador” que necesita y reclama la selección para lavarse la cara, primero, y de ahí en más avanzar paso a paso.