La eliminatoria de octavos de final entre Atlético Mineiro y Boca Juniors (ida y vuelta) quedó marcado por dos goles anulados (polémicos) por parte del VAR a los Xeneizes. Quejas y reclamos airados por parte de los jugadores del elenco argentino, pero el balón continuó jugando y se llegó hasta los penales tras el 0-0 global.
Con la llave sin goles, pero con polémica, se definió al clasificado desde los doces pasos. Mineiro fue preciso y logró su pase a la siguiente fase de la Copa Libertadores.
No todo terminó en el campo de juego. En los vestuarios se vivió otra historia, Boca reclamó al árbitro Ostojich por su participación en el encuentro y anular el tanto de Weigandt.
En medio de los reclamos se desató una batalla entre los jugadores (incluido Carlos Zambrano), directivos, policías, seguridad y los empleados. Según se aprecian en los vídeos, las fuerzas del orden echaron gases lacrimógenos en el camerino de Boca.
Con el correr de los minutos, O Tempo informó que la policía de Brasil intentó llevarse detenido a Carlos Zambrano y a Villa por atentar contra el patrimonio privado.