Romelu Lukaku lidera el ataque del Inter de Milán, que se ilusiona con volver a ganar un torneo internacional. El delantero belga es un dolor de cabeza para la defensa del Bayer Leverkusen y mostró toda su habilidad, combinada con su potencia, para colocar el 2-0 en la Europa League.
El partido llegaba a los 21 minutos, los dos equipos se estudiaban en el inicio, pero los italianos se encargaron de romper la paridad a través de Nicolo Barella (15’). El menudo volante remató desde fuera del área e infló las redes, pero Romelu Lukaku ya daba indicios de que busca ser la gran figura.
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La imponente presencia física del atacante no es fácil de controlar y volvió a realizar una jugada similar, pero esta vez con un mejor final para sus intereses personales. Lukaku recibió un pase filtrado llegando al área chica, controló perfecto y buscaba dar una media vuelta para rematar al arco.
Sin embargo, Edmond Tapsoba apareció para impedirle el paso, aunque no de una forma limpia, sino que empezó a empujarlo y arrinconarlo, sin cometer falta, para que se quede sin ángulo de remate. Estos movimientos parecían llevarlo al éxito, dado que Lukaku fue perdiendo el equilibrio.
A pesar de ello, Romelu Lukaku nunca perdió de vista al balón ni tampoco el hambre por anotar, por lo que decidió rematar de forma sutil, ya tendido sobre el césped. Lukas Hradecky, el portero de Bayer Leverkusen, se había adelantado para hacerse con el esférico, pero eso le costó el gol.
Mal ubicado al borde del área chica, el guardameta solo observó como se volvían a inflar sus redes y el camino por los cuartos de final de la Europa League se ponen muy cuesta arriba. Romelu Lukaku vuelve a catapultar ese nivel goleador y futbolístico gracias a su trabajado físico.