Uno de los grandes problemas que no hemos sabido superar en nuestro fútbol es la violencia. Tanto de parte de las barras organizadas, así como la de los miembros de la Policía Nacional del Perú. Esta diferencia ha perjudicado y afectado a los que menos culpan tienen.
"(Quería hablar) acerca del abuso que se viene cometiendo de parte de las autoridades policiales con las distintas hinchadas. Porque hace poco sucedió con un niño barrista de Universitario de Deportes. Esto va más allá de las camisetas y simpatías, lo que queremos que la fiesta sea llevada en paz", indicó Arévalo en Fox Sports Radio Perú.
"Ciertamente hay limitaciones y prohibiciones para los barristas, pero yo creo que no se puede caer en el abuso. Porque se está espantando a la gente de los estadios. Hace poco, me mandaron el video que le rompían la tarola a un niño, hincha de Universitario. Eso a mí, me parece un abuso", agregó.
Arévalo indicó que la Policía Nacional del Perú debe de hacerse respetar entorno al convencimiento hacia la ciudadanía, pero no en base a agresiones físicas. "La autoridad está para generar un respeto, pero a partir del convencimiento de la gente. No imponerte a golpes, a partir del maltrato. Entonces lo que buscamos, todos los que estamos inmersos en el fútbol, es que nos respetemos. Respetemos al hincha, respetemos su pasión. Hagamos respetar la ley, pero respetando también al espectador. Hago un llamado a quién corresponda hacer los correctivos del caso ya basta de abusos. El uniforme no te da derecho a abusar".
Esta posición fue compartida por Alan Diez, pero agregó que los hinchas de los diferentes equipos también tienen que colaborar con los indicativos. "Además, de eso, yo pido control también de las hinchadas para con los Policias, porque ellos también son maltratados. Si nos vamos a pelear entre los dos, no llegamos a nada. Respeto mutuo", mencionó.
En la misma línea se refirió Julio César Uribe. "Hay que tener mucho cuidado con los niños. En cuanto al adulto, estoy de acuerdo con Alan: el ciudadano tiene que aprender a conducirse con el respeto como corresponde hacia la autoridad. No sentirse con el derecho de comportarse como se le de la gana, que es una muy mala costumbre de la sociedad", conjeturó.