La candidez del “Fondo Blanquiazul”, integrado por un conglomerado de profesionales probos, no contempló el desapego de Jean Deza por las buenas conductas y tampoco se imaginó que en tan corto tiempo tendría la necesidad de evaluar la rescisión del contrato del jugador de Alianza Lima.
Y para colmo de males, en el acuerdo con Deza no se consignó la cláusula de rescisión a costo cero por conductas antideportivas recurrentes, argumento que el jugador y su grupo empresarial piensan utilizar para no “zafarse” del problema con las manos vacías y la cabeza entre las piernas.
El futbolista, recordemos, protagonizó sus dos primeros “ampay” en sus días libres y, al igual que en el tercero que rebasó el vaso, Deza no dejó de asistir a los entrenamientos.
El círculo del “Ratón” pretende que Alianza le pague al menos 300 mil dólares por la rescisión de la vinculación, cifra que el club blanquiazul no tiene considerado desembolsar con el fin de liberarse del problema, un problema que ha resquebrajado la tranquilidad de la interna.
Pablo Bengoechea le dijo al jugador sin resquemores que no contaría más con él hasta que deje de ser el conductor del equipo, con esa realidad, Deza tampoco quiere ser la piedra en el zapato y entrenar por obligación hasta que se reabra el libro de pases.
El acuerdo salomónico entre las partes se impone para escribir el colofón de esta historia.