Así como en el fútbol peruano, en el mundo, el trabajo de un entrenador se mide mediante resultados. Específicamente se apunta a este detalle porque la imagen de un club se mantiene en juego, más aún si es que se trata de una institución grande donde los laureles importan en cada campeonato local e internacional, debido a la millonaria inversión que se realiza por temporada. Acá, en el Perú, han rodado cabezas de clubes como el Unión Comercio, Comerciantes Unidos, Alianza Atlético y Real Garcilaso.
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Pocas son las instituciones que respaldan la labor de su entrenador. Predican que harán una gran campaña y que tienen al mejor del mundo, pero la realidad, cuando pasan los partidos y no consiguen buenos resultados, los botan y hasta muchas veces de manera humillante. Los dirigentes en el medio son resultadistas y poco les importa hacer un proyecto a largo plazo ya que para ellos no es negocio. Los motivos pasan también porque no cuentan con divisiones menores, infraestructura o buscan un entrenador especializado para este tema.
Por ejemplo, Julio César Uribe, ex Unión Comercio, fue separado porque sumó tres puntos en cinco partidos. Le dieron las gracias igual que el argentino Nahuel Martínez ex Alianza Atlético y el chileno Jorge Aravena ex Comerciantes Unidos, así como el nacional Duilio Cisneros ex Real Garcilaso, que por caer goleado y perder su primer partido frente al UTC (1-4) fue despedido pese a tener el equipo peleando el primer lugar del Grupo B.
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Eso apunta la poca seriedad de los directivos, que muchas veces por salir del camino, manejan un club sin mucha seriedad o quizá, les llenan la cabeza empresarios, ofreciendo técnicos como si hubieran dirigido en grandes ligas o al menos estudiosos. La lista puede incrementarse en las próximas fechas de técnicos despedidos, apostando por otros al que consideran mejor o tal vez, sale peor mandándolos a la baja. ¡Veremos qué pasa!